Historias de mi vida liberal | Aldo Olcese (q.e.p.d): el legado de un capitalismo inclusivo para la nueva era
Este año nos ha dejado una figura clave en la renovación del pensamiento económico y social: Aldo Olcese. Visionario y firme defensor de un capitalismo inclusivo con responsabilidad social corporativa, Olcese falleció inesperadamente mientras preparaba el IV Congreso de la Sociedad Civil, dejando inconclusa una obra que marcó a varias generaciones de líderes y pensadores.
Su trayectoria, estrechamente ligada a la Fundación Independiente y a la Real Academia de Doctores, culminó en aportaciones que hoy resultan más urgentes que nunca. En 2019, durante un simposio en la antigua Universidad de San Bernardo, Olcese pronunció un discurso que se ha convertido en referencia: defendía un modelo empresarial donde la rentabilidad ya no podía ser el único fin. El capitalismo del futuro, advertía, debía ser sostenible, humano e inclusivo, o no sería.
Una nueva conciencia empresarial. Aldo Olcese anticipó que la estructura del capitalismo estaba cambiando. Mientras hace apenas dos décadas las empresas dedicaban el 80% de sus esfuerzos al beneficio económico y apenas un 20% a la responsabilidad social, hoy la tendencia se invierte. Factores como la presión regulatoria, el activismo social y el deterioro ambiental obligan a una transformación profunda, que ya no es cuestión de idealismo, sino de pura supervivencia.
“La revolución no la deben liderar los ecologistas antisistema, sino los propios empresarios”, insistía Olcese. Su crítica no se limitaba a la falta de acción, sino también a la politización estéril del problema. Para él, la transición ecológica no era un asunto ideológico, sino una exigencia urgente para preservar la especie humana.
Cambio de paradigma. Olcese no se quedó en la denuncia. Proponía un Nuevo Contrato Social, una alianza entre empresas, estados y sociedad civil, que asegurara una transición justa hacia un modelo económico sostenible. Sus esfuerzos recientes se centraban en impulsar la creación de un Centro Internacional de Pensamiento Estratégico, destinado a generar soluciones concretas a corto y largo plazo para los desafíos globales.
El concepto que defendía era claro: no se trata solo de debatir, sino de actuar. De repensar la creación de valor, teniendo en cuenta que el crecimiento económico no puede seguir basándose en el deterioro irreversible del capital natural del planeta.
Un simposio que encendió conciencias. El simposio de 2019 reunió voces destacadas como Jaime de Jaraíz, Javier López-Galiacho y Pablo Bascones, quienes advirtieron que, si no se eliminaba rápidamente el CO₂ acumulado, las temperaturas medias globales podrían subir hasta 5 grados en 2050, con consecuencias catastróficas. Proyectos como la plantación de millones de árboles mediante drones y seguimiento GPS, o la aplicación de inteligencia artificial a la reforestación, mostraron que la tecnología puede y debe ser aliada en esta carrera contrarreloj.
Desde Ecuador, también se alzaron voces preocupadas. El embajador Cristóbal Roldán y el rector Carlos Montúfar alertaron sobre la situación crítica de las Islas Galápagos, un símbolo histórico de la biodiversidad mundial, ahora amenazado por la sobrepesca y el turismo masivo. Pedían, como Olcese, cooperación internacional inmediata y eficaz.
Así pues en 1919 acudí al Simposium organizado por la Real Academia de Doctores y la Fundación Independiente en la antigua universidad de San Bernardo en el que curse Psicología Industrial y algo de Economía, clausurado con la intervención del Aldo Olcese Presidente de esta última, que resulto ser tan transcendente que comienzo por ella, aunque ya se había destacado el problema de la sostenibilidad de nuestro mundo, y la potencial agresión de la que resulta el cambio climático, que según las previsiones de la ONU no debía sobrepasar 2 grados de temperatura media para el planeta en 2020, mientras que serán probablemente 6.5 la realidad, con el consiguiente cambio de los climas por el exceso de CO2 debido a la quema de combustibles fósiles para generar energía. Aldo Olcese falleció recientemente en 2025, después de ser Presidente dr la fundación Independiente, con tres congresos de la Sociedad civil mientras preparaba el 4º que ya no tendrá lugar. Era un gran amigo con el que trabajé en los años 80 y a quien admiré al asistir a la presentación en la Bolsa de Madrid de su libro sobre Responsabilidad Social Corporativa en los años 90.
Aldo, en 1919 se refirió a la aparición de una nueva economía, no financiera, con un capitalismo inclusivo, más humano, en un magnífico discurso, que planteo que así como no hace más de 20 años el 80% de las actividades de la empresa tenían como objetivo el beneficio y el 20% a otras actividades relacionas con la RSC(Responsabilidad Social corporativa), esto había cambiado para situarse al contrario, debido a la progresiva concienciación de las distintas sociedades y la aparición de nuevas leyes , reglamentaciones y directivas, que impulsaban a la empresa a desarrollar actividades sostenibles, frente al abandono del pasado, del no interés, e incluso por la acción de negacionistas, que como Trump no aceptan lo que está siendo una realidad perjudicial para el desarrollo del planeta en que vivimos.
En primer lugar, se plantean resistencias políticas de los partidos sobre todo de derechas, enfrentados a los llamados “verdes” o ecologistas que son considerados con antisistema, y no deberían ser ellos sino los propios capitalistas, quienes iniciaran la revolución que supone dedicar más esfuerzos de las empresas, estados y organismos internacionales, pues no se trata de algo ideológico, sino que es esencial para la supervivencia. de la especie humana.
En segundo lugar, debemos pasar de un capitalismo financiero a otro que suponga un cambio de mentalidades, con nuevos cambios de gestión, transición ecológica y modernización tecnológica que avanza a pasos agigantados, evitando las desigualdades que supondrá el que esto se implante en el 1º mundo descuidando el 3º mundo, que puede no ser capaz de obtener la calidad de vida que ya tiene el 1º. La realidad es que en todo el mundo hay un consenso sobre el peligro del cambio climático, debido a la acumulación de CO2 en la atmosfera, lo que se traduce en leyes que se irán implantando en busca de la sostenibilidad del planeta. La Unión Europea iba a crear una nueva comisaría de Transición ecológica, para lo que seguramente España por otra parte siendo la que más fondos ha recibido de la UE, debía corresponder liderando esta nueva filosofía.
En Tercer lugar, no bastaba un DEBATE, sino que se trataba de crear un NUEVO CONTRATO SOCIAL por lo que había dirigido una carta al Presidente de Gobierno, proponiéndole crear un Centro de Pensamiento Internacional sobre el tema al que se incorporen todos aquellos expertos y autoridades que puedan proponer soluciones implantables a corto y largo plazo. Hay que tener en cuenta que el crecimiento económico, paradójicamente puede ser antieconómico por el detrimento del capital ecológico. Esto es una auténtica revolución industrial, en la manera de pensar capitalista, pues se parece más a lo que dicen los partidos y grupos antisistema como oposición al capitalismo financiero. No debemos dejar que nos arrebaten esta bandera, pues esta es una lógica del sistema, que la democracia puede conseguir manejar sin perder de vista los objetivos de creación de valor y de riqueza.
En la primera parte del Simposium, intervinieron Jaime de Jaraiz, Javier lopez Galiacho y Pablo Bascones, que pusieron de relieve que si no transicionabamos a gran velocidad y eliminamos el CO2 que ya está en la atmosfera en el 2050 subirán 5 grados las temperaturas medias con la catástrofe que esto conllevará, Jaime nos explicó como estaban desde su empresa plantando millones de árboles con drones y semillas protegidas que a sus veces podemos contemplar su crecimiento con GPS. Con la Tecnología y la inteligencia artificial, nos ayudan por ejemplo en el tema de la reforestación, visitables en @lgespana. El negacionismo sobre el cambio climático, según José Ramón Calvo ha sido a lo largo de los años una lacra, que no nos ha dejado avanzar en la solución de los problemas,
En la segunda parte intervinieron dos ecuatorianos, el embajador en España Cristóbal Roldan y el rector la Universidad de San Francisco de Quito Carlos Montufar que pusieron como ejemplo las islas Galápagos en la que Charles Darwin baso su origen de las especies y que, con Humboldt, Jorge Juan y Ulloa, fueron los primeros adelantados que, mediante una observación minuciosa, describieron las bases de la eco diversidad y de los misterios hasta entonces de la evolución. Participó, aunque no dijo nada reseñable la periodista Clara Navio. Las islas están hoy amenazadas por la sobrepesca especialmente de barcos chinos y el turismo de grandes cruceros, para lo que Ecuador solicitaba la ayuda internacional, para evitar la degradación de su ecosistema.
La verdad es que la sala de doctorandos imponía con sus bancos corridos, y sus numerosos micrófonos para la intervención de los académicos, que en este acaso fueron sustituidos por asistentes, que plantearon preguntas a la mesa que amenizaron el Simposium.
Un legado que sigue vivo. La inesperada muerte de Aldo Olcese ha dejado un vacío palpable. Sin embargo, sus ideas han prendido en muchos de quienes lo escucharon y trabajaron a su lado. Su mensaje es más actual que nunca: el futuro económico del mundo depende de abrazar un capitalismo renovado, más responsable, más inclusivo y profundamente consciente de sus impactos en el planeta.
Olcese nos deja un legado de valentía intelectual y de compromiso ético que ahora corresponde a todos nosotros continuar. Mientras Trump en plena guerra comercial con el mundo entero, amenaza con sus aranceles destruir la economía de mercado que es la que produce riqueza y que ha desbaratado el juego de las Bolsas mundiales, produciendo pobreza empezando por la de los propios USA.