viernes, marzo 29, 2024
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Promesas electorales

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Así que llega el tiempo de comicios y escucho a los políticos prometer la Luna -desde bajar los impuestos a reducir la Administración del Estado, suprimir las diputaciones o liquidar el Senado- me viene a la memoria aquél verso inmortal de poeta romano Horacio: «Carpe diem, quam minimun credula postero. Vive el día de hoy. No te fíes del incierto mañana».

Que para el caso que nos ocupa bien podría aconsejarnos que no nos fiáramos de los políticos. Sobre todo de quienes habiendo gobernado, incluso con mayorías parlamentarias absolutas, nunca dieron ni un  paso para llevar al BOE aquello que ahora prometen. Hay que reconocer que en éste registro de promesa en vísperas electorales el margen de credibilidad de los partidos que han gobernado en España es menor-mucho menor, incluso- que los recién llegados al centro de escenario del Ruedo Ibérico. ¿Por qué íbamos a creer que el PP va a bajar los impuestos si resulta que no lo ha hecho en los último cuatro años pese a disponer de cómoda mayoría absoluta tanto en el Congreso como en el Senado? Cuando Mariano Rajoy, sin cortarse un pelo, proclama que tiene intención de bajar las tasas que llevan tres años crujiendo y empobreciendo a la clases medias mientras que las grandes fortunas del país (las viejas y las nuevas) siguen creciendo gracias a las SICAV (Sociedades de inversión de capital variable), los medios de comunicación afines sin crítica hacia el Ejecutivo, miran para otra parte. O crean debates intrascendentes para desviar la atención de la opinión pública.

Produce grima escuchar a María Dolores de Cospedal hablando de las grandes medidas diseñadas por su partido para impedir los casos de corrupción

Señaló al PP pero para el caso también los dirigentes del PSOE participan del mismo juego de elución de las cuestiones que no les conviene sacar a la luz. Pedro Sánchez ha sido sincero al decir que no quiere comprometerse a decir que bajará los impuestos, pero se escaquea con frases ambiguas cada vez que le preguntan qué planes tiene para acabar con la corrupción visto el pufo de los ERE en Andalucía. En ese mismo registro, produce grima escuchar a María Dolores de Cospedal hablando de las grandes medidas diseñadas por su partido para impedir los casos de corrupción. Debe ser que ha olvidado que lleva a cuestas el «copy right» de los despidos en diferido a corruptos (caso Bárcenas). Dar crédito a las promesas efectuadas en tiempo de campaña electoral, es de ingenuos.

O dicho sea sin ánimo de ofender, cosa de tontos. Que de todo hay en la viña del Señor.

Fermín Bocos

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