sábado, abril 20, 2024
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La O y el canuto

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La última entrega del informe PISA viene a decir que los escolares españoles de 15 años saben hacer la O con un canuto, pero que sin canuto, se pierden, les sale un gurruño. En realidad, nuestros escolares saben lo que les han enseñado, así en Matemáticas, Lengua o Ciencias como sobre los rudimentos prácticos de la vida, por lo que resultaría radicalmente injusto acusarles de nada. A las víctimas, no se les acusa.

 Los que mandan suelen ser muy burros y han diseñado la educación así, a la medida de su burricie y de sus intereses

Los adolescentes españoles son víctimas de uno de los fundamentos del país que habitan: el del desprecio por la Educación y por la Cultura. Por la Inteligencia, en suma, que se nutre de ambas. Aquí la cosa va de cubrir el expediente, no de instruirse y fortalecerse para el mañana. Para el mañana de uno y de la nación. Y eso en las aulas, sobre las que pende el aturdimiento de unos Planes de Educación ideados, es un decir, por políticos de tres al cuarto y no, nunca, por pedagogos y especialistas de fuste. Fuera de las aulas, que es donde se recibe el grueso de la educación, la cosa es peor si cabe, pues el adiestramiento en las artes del vivir queda en manos enteramente de la familia. ¡La familia española! ¡Esas madres-criadas, esos abuelos agotados, esos padres ausentes! Cuando un chaval va a hacer una O sin canuto, va la madre y se lo hace ella.

Diríase que en España, salvo en el breve interregno de la II República, la Educación se percibe como algo marciano, como algo intramuros del centro escolar sin apenas vínculo con la realidad exterior. Como ese tiempo muerto a la espera de que, según la casta o la clase social de pertenencia, el muchacho se ponga a currar en lo que salga o se haga médico, abogado o ingeniero. Los que mandan suelen ser muy burros y la han diseñado así, a la medida de su burricie y de sus intereses, tanto más resguardados cuanto más ígnaro y manipulable sea el personal.

Los escolares españoles, en fin, saben hacer, mal que bien, la O con un canuto, pero les quitas el canuto y se fastidió. Nadie les enseñó a trazar, con sentido y buen pulso, el perímetro mágico de la circunferencia.

Rafael Torres

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