Ya tenemos fecha para las elecciones. Cualquier día es bueno para el final de una legislatura marcada por las decisiones del peor Presidente del Gobierno que ha tenido este país en los cuarenta años de democracia.
Zapatero adelanta las elecciones después de asegurar en repetidas ocasiones que hacerlo era un error. Una rectificación más de las muchas que ha protagonizado durante su mandato.
Es verdad que la crisis financiera no la provocó él pero su gestión al frente de esa crisis ha sido bastante deficiente. Por eso la población le ha dado la espalda. Todavía recordamos cuando dijo que no podía hacer un pacto con el PP porque su ideología se lo impedía. O cuando en plena negociación con ETA aseguraba un 29 de Diciembre que frente al terrorismo estaríamos mejor pasado un tiempo y al día siguiente los terroristas volaron parte del aparcamiento de la T-4. Tenía un desconocimiento absoluto de su entorno.
ZP ha sido un presidente con la mirada puesta en el pasado. Recordando y haciendo revivir etapas de la historia que nadie quiere actualizar, menos él. Provocando, de nuevo, la división de los españoles, con intenciones nunca confesadas.
Y para terminar su estancia en la Moncloa nos deja a todos perplejos con la fecha elegida para la convocatoria electoral: el 20 de Noviembre. Hay en el año otros 364 días y va a elegir el 20 de Noviembre, precisamente el 20 de Noviembre. El mismo en que falleció el dictador, el General Franco, ese al que tanto nos ha hecho recordar durante sus dos legislaturas. Pero ¿con qué intención lo ha hecho?. Porque la elección de la fecha no es producto de la casualidad. ¿Qué pretende Zapatero con la elección del 20 N para celebrar elecciones?. No puedo especular sobre esto porque mi mente no explora con tanto desacierto. ZP no quiere dejar ni un solo momento de su estancia, en esa presidencia que nunca debió alcanzar, de recordar, de provocar división, de demostrar que nunca gobernó para todos.
En fin lo mejor de todo es que esto se acaba y que los españoles podemos elegir otro presidente. Espero que lo hagamos con más acierto.
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Pedro Fernández