El fútbol italiano, con tanta fama ganada a pulso muchas veces de marrullero, díscolo, indisciplinado y toda clase de triquiñuelas extradeportivas, acaba de dar una lección merecedora de todos los elogios y que no debe caer en el saco roto del fútbol de otros países como el español, tan dado a cuestionar y recurrir hasta la saciedad las decisiones de los diferentes comités disciplinarios.
Los árbitros del Calcio podrán sancionar a partir de ahora con tarjeta roja directa a todos aquellos jugadores que utilicen un lenguaje blasfemo durante un partido de competición italiana.
Y es más, tanto es el celo con el que la federación transalpina quiere tapar la lengua a los blasfemos que en caso de que los maleducados futbolistas logren eludir el ‘marcaje’ sancionador del colegiado, la justicia deportiva -órgano similar a nuestro Comité de Competición, podrá utilizar el video el día siguiente del partido como prueba delatora para castigar al transgresor de esta medida innovadora en el fútbol europeo.
Las autoridades italianas quieren implantar la buena educación entre los futbolistas, lejos de los habituales insultos y malos modales que se dan en los terrenos de juego ya no sólo contra el rival y el árbitro, sino también contra un compañero de equipo.
Antonio Cubero