jueves, abril 25, 2024
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Haití: el futuro

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Un enjambre de ONGs, unas quinientas, y de periodistas se encuentran actualmente en Haití. Demasiados, según algunos haitianos. Si ha habido protestas, de extranjeros, por supuesto, porque Estados Unidos, que ha logrado con un gran despliegue acelerar la llegada de la ayuda, haya dado prioridad al aterrizaje del avión de Hillary Clinton en detrimento de otros que traían material médico, es decir, prioridad del avión de la política que traía bajo el brazo 100 millones de dólares, un portaaviones con mil camas y miles de soldados para imponer el orden, ¿que pensarán los locales de la aparición de algunas organizaciones insignificantes o de periodistas buscando la primicia pintoresca?

La recuperación de Haití será lenta, las necesidades son enormes, la infraestructura está destruida y el cuello de botella para la distribución sólo se ha reducido, pero dentro de días o pocas semanas la ayuda llegará a toda la población. La comunidad internacional no ha sido cicatera.

¿Que pasará, sin embargo, cuando la situación humanitaria se haya «normalizado»? Los mil millones de dólares prometidos darán de comer a la gente y curarán a los heridos, ¿pero que ocurrirá entonces con un país pobre, inculto (50% de analfabetos), con su capital arrasada y con un Gobierno claramente inoperante? Haití va a necesitar un mínimo de dos mil millones de dólares al año durante más de una década para reconstruir la infraestructura, crear una base económica y asentar un Gobierno que funcione.

¿Se cansarán los donantes una vez pasada la fiebre televisiva?

Las decisiones que habrá que tomar son importantes. ¿Se reconstruirá la capital donde estaba? ¿Se orientará el país hacia un desarrollo agrícola o de cierta industria. ¿Se pondrán los fondos ingentes que hacen falta en manos de unos políticos profusamente corruptos en el pasado reciente y en el remoto? Se habla de crear una especie de agencia o protectorado de la ONU que supervise y controle los fondos de la reconstrucción. No es fácil realizarlo sin conculcar la soberanía haitiana.

La conferencia de donates que se inicia en Montreal ha dado un paso equívoco no convocando a las autoridades haitianas. El caso de Haití es de los más complejos, en materia de reconstrucción, que ha enfrentado la comunidad internacional.

Inocencio Arias

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