Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, tras su discurso en la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU, se dirigió a Washington en busca de apoyos concretos. Su agenda no solo incluyó un encuentro clave con Joe Biden en la Casa Blanca, sino también reuniones con representantes tanto demócratas como republicanos en el Congreso y un acto simbólico en el monumento conmemorativo del 11-S.
En medio de tensiones geopolíticas, el líder ucraniano recalca la necesidad de hacer más robustas las defensas de su país. En una conversación en el Pentágono, expresó su gratitud al «apoyo crucial» de Estados Unidos y dialogó sobre la posibilidad de incrementar «sistemas de artillería y capacidades de largo alcance» para Ucrania.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden confirmó un nuevo paquete de ayudas para Ucrania valorado en 325 millones de dólares, anticipando también la llegada de los tanques Abrams, como ya se había anunciado previamente. Biden, aludiendo a la urgencia de la situación, declaró: «He aprobado la próxima entrega de ayuda de seguridad de Estados Unidos a Ucrania», subrayando la inclusión de más artillería y armas antitanque en dicho paquete.
No obstante, la petición de Ucrania para incorporar misiles ATACMS de largo alcance fue esquivada por Washington. Las razones se centran en la posible provocación a Rusia, ya que dichos misiles, con un alcance de aproximadamente 300 kilómetros, podrían atacar objetivos rusos y desencadenar una reacción más agresiva de Moscú. Aunque Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional, no descartó su posible envío en el futuro, el paquete acordado prioriza otros sistemas defensivos.
La intención es que Ucrania esté equipada para resistir posibles ofensivas rusas, especialmente en el inminente invierno, momento en el que Rusia podría apuntar a infraestructuras vitales. El paquete incluirá baterías de defensa antiaérea HAWK y sistemas diseñados para interceptar misiles, con el propósito principal de salvaguardar a la población civil.
Durante la reunión en el Despacho Oval, Biden reafirmó su compromiso con una paz «justa» y «duradera» para Ucrania, y subrayó la necesidad de defender la «libertad de Ucrania frente a la brutal agresión de Rusia». A pesar de las tensiones y demandas, Zelenski calificó las conversaciones con el líder estadounidense como «constructivas» y «francas».
Zelenski se reunió también con líderes legislativos clave como Chuck Schumer y Mitch McConnell. Estas conversaciones se centraron en el panorama bélico en Ucrania y en cómo Estados Unidos podría continuar brindando apoyo estratégico.
Ante ciertas reticencias en el Congreso estadounidense sobre la eficacia de la ayuda a Ucrania, Zelenski recurrió a X (antes Twitter) para enfatizar la importancia de la «supervisión, transparencia y rendición de cuentas» de cualquier asistencia proporcionada.
El destino de Ucrania se encuentra en una encrucijada, y las decisiones tomadas en Washington serán cruciales para definir el futuro de la región.