viernes, abril 19, 2024
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PP y Vox cimentan un acuerdo en Castilla y León pese a las diferencias

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El PP y Vox han iniciado este miércoles sus conversaciones sobre la gobernabilidad en Castilla y León con diferencias sobre si formarán o no una coalición y también sobre cuestiones programáticas como la violencia de género, aunque comparten que existe un espacio para el acuerdo que explorarán en una próxima reunión.

Así lo han explicado tras su primera reunión en las Cortes de Castilla y León, de casi una hora y media de duración, el presidente en funciones de la Junta y candidato del PP a la reelección, Alfonso Fernández Mañueco, y el de Vox, Juan García-Gallardo, que han comparecido ante la prensa por separado, tras un encuentro desarrollado en un ambiente «bastante más agradable» que el vivido el pasado lunes con el PSOE, en palabras el dirigente popular.

Sobre los visos de acuerdo sobre la gobernabilidad, Mañueco ha constatado que hay «oportunidades de avanzar» hacia un programa de legislatura con Vox, aunque se ha mostrado inflexible en la premisa de que sea un gobierno del PP en «solitario, fuerte y estable», con lo que ha rechazado a día de hoy incorporar consejeros del partido de ultraderecha, cuyo portavoz ha avisado de que ese sería un motivo para votar no a la investidura de Mañueco.

En concreto, acerca de las expectativas de Vox de hacerse con el mismo número de consejerías que logró Cs en 2019, Mañueco ha remarcado que «la situación no es la misma» porque el PP ahora es la fuerza más votada, entre otras circunstancias, entre las que figura también que el partido de Abascal no puede amagar con apoyar al PSOE, como sí hizo Cs.

García-Gallardo ha reconocido que la distancia que les separa «aún es muy grande» porque el PP les quiere dar «un trato distinto» al que dieron a Cs con un número de parlamentarios similar, pero ha añadido que mantienen «la esperanza sobre la posibilidad de un acuerdo de gobierno».

«Si Vox no entra en el Gobierno para cambiar el rumbo de la Comunidad, Vox va a votar en contra», ha apostillado García-Gallardo, quien ha dado por bueno el planteamiento realizado por Mañueco en el sentido de que es el interlocutor único de esta negociación, sin que el PP a nivel nacional pueda incidir en si llegan o no a un acuerdo.

Pese a las diferencias que se vislumbran en cuestiones como la lucha contra la violencia de género, ambas partes han acordado retomar sus contactos una vez que concluyan el resto de reuniones del PP con Soria Ya -el sábado-, UPL, Cs, Unidas Podemos y Por Ávila, aunque Mañueco ha insistido en la idea de que no hay «líneas rojas» pero sí unos «principios básicos» de su partido en materia de «autonomismo útil», de cohesión e integridad territorial y una «defensa firme de la igualdad» entre hombres y mujeres, entre otras cuestiones, que Vox deberá asumir para llegar a un acuerdo.

También han coincidido en que la reunión de hoy no ha abordado el reparto concreto de consejerías, pero la discrepancia radica en que Vox mantiene que tiene «derecho» a asumir la gestión de algunos departamentos: «Cuanto antes se convenza el PP de ello, antes llegaremos a un acuerdo», ha indicado.

En contraste, sobre la insistencia del candidato del PP en gobernar en solitario, García-Gallardo ha ironizado con el hecho de que a él «también le gustaría gobernar en solitario», pero «eso no es lo que los ciudadanos quieren».

Tanto Mañueco como García-Gallardo han asegurado que la crisis interna del PP a nivel nacional no influirá en sus conversaciones y en concreto el representante de Vox ha garantizado que será «prudente» al respecto y no aprovechará la coyuntura para entrar en una «dinámica de aplastamiento», pues son conscientes de que el PP es su «único socio posible» en la Comunidad.

DISCREPANCIAS SOBRE POLÍTICAS Y NORMAS «DE IZQUIERDAS»

Ambos dirigentes han evidenciado sus discrepancias sobre el propio contenido de la reunión, ya que al hablar de los contenidos abordados y la percepción sobre lo manifestado por sus interlocutores, Mañueco y García-Gallardo no han coincidido en las versiones sobre una posible la derogación de la ley autonómica contra la violencia de género y del decreto de memoria histórica.

El primero en comparecer ha sido el candidato de Vox, quien ha insistido en que la exigencias programáticas de su formación en esta materia pasan por «tocar» las normativas y políticas que consideran «de izquierdas», entre las que hoy ha incluido la «manipulación de niños» en las escuelas por parte de «activistas», tras lo que ha asegurado que el PP veía «razonable y plausible» su posicionamiento en estas materias.

En referencia a la ley autonómica de lucha contra la violencia de género que Vox quiere derogar, García-Gallardo ha acusado al PSOE de haber promovido a nivel nacional una «inmigración irregular» que supone «amenazas adicionales» para las mujeres.

Preguntado por el sentido concreto de esta afirmación, el candidato de Vox ha argumentado que nadie puede «pelearse contra las estadísticas», que evidencian, según él, que hay una inmigración del norte de África con una capacidad de integración «limitada» en España, que tiene un «protagonismo porcentual superior en agresiones en manada a mujeres».

En su posterior comparecencia ante los medios de comunicación, Mañueco ha asegurado que esos temas habían salido de forma «incidental», cuando se estaban «levantando de la reunión», por lo que ha restado importancia a esa diferente visión sobre lo tratado.

«En ningún momento se ha hablado de derogar ninguna ley», ha zanjado Mañueco, convencido de que si el acuerdo avanza con Vox, se enmarcará dentro de «lo lógico y lo razonable», dentro de los «principios del PP», en referencia a su defensa de un marco de igualdad entre hombres y mujeres.

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