Hace ya meses que tanto Las Palmas de Gran Canaria como Santa Cruz de Tenerife -y las demás ciudades de las islas- anunciaron que este 2021 no habría carnavales, porque una fiesta multitudinaria de ese cariz resulta incompatible con las prevenciones de la Covid-19.
Sin embargo, los expertos tienen miedo a las fiestas privadas que puedan organizarse este fin de semana y la noche del lunes (el Martes de Carnaval es festivo en Las Palmas de Gran Canaria, entre otros lugares), porque cuatro islas siguen en niveles de riesgo: Lanzarote en semáforo marrón (riesgo muy alto); Gran Canaria, en rojo (alto); y Tenerife y Fuerteventura, en naranja (riesgo).
El portavoz del comité científico del Gobierno canario, el catedrático de Salud Pública Lluis Serra, ha explicado a Efe que se observa una tendencia «muy positiva en todas las islas», aunque la presión asistencial sigue siendo aún «muy importante en Lanzarote y significativa en Gran Canaria», por lo que es evidente que los pasos siguientes están en la dirección de bajar de fase.
Mantener los toques de queda ayuda a contener esas posibles fiestas, ha recalcado Serra, quien ha añadido que, al ser el martes día festivo, la repercusión en muchos negocios será menor porque no abren.
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