viernes, abril 26, 2024
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Los grandes inversores en startups se pasan al «modo conservador»

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Entre 2020 y 2021 las startups eran las empresas «de moda». En un mundo que estaba casi paralizado por la pandemia, muchas otras entidades y fondos de inversión vieron en estas empresas emergentes una interesante forma de ganar dinero.

Las startups necesitaban inversión para seguir avanzando en negocios que, en su mayoría, tenían un carácter digital. Las corporaciones y los inversores tenían ese dinero que a las empresas emergentes les hacía falta. Sin embargo, la simbiosis no fue tan buena como se esperaba.

Softbank, un importante holding de empresas de origen japonés, decidió entrar pisando fuerte en el campo de la inversión en startups. A través de Vision Fund levantó más de 100.000 millones de dólares en inversiones. En aquel momento, era difícil encontrar un unicornio que no contara con financiación de esta entidad.

Otras entidades como Tiger Global y Tencent siguiendo esta estrategia de inversión agresiva y, tres años después, todas ellas están experimentando fuertes pérdidas. No van a dejar de invertir en startups, pero sí han hecho pública su intención de hacerlo con un estilo más conservador.

Las pérdidas millonarias de Softbank

Hace unos días la entidad hizo públicos sus datos de 2022, entre los que se puede apreciar una pérdida de 32.000 millones de dólares en la cartera de Vision Fund.

Softbank ha mantenido su condición de accionista en empresas privadas y cotizadas, en las que invirtió en su momento cuando eran startups. Pero ya antes del inicio de la pandemia empezó a haber problemas con la rentabilidad.

El primer caso sonado de inversión fallida fue el de WeWork, que supuso la pérdida de millones de dólares para Softbank, pero después llegaron muchos más.

Los cambios en el mercado a raíz de la pandemia, los ajustes que han tenido que hacer las startups para adaptarse a la nueva realidad, los elevados tipos de interés, y el menor acceso a la financiación, ha hecho que muchas empresas emergentes no sean tan rentables como se esperaba de ellas. Para aquellos que en su momento decidieron invertir en ellas sin pararse a evaluar demasiado su futura rentabilidad, esto está provocando importantes pérdidas.

Un problema que afecta a otros inversores

Softbank no ha sido el único afectado por esta situación. Otras entidades que en su momento también apostaron por una inversión más agresiva están en una posición muy similar.

Tiger Global realizaba unas 40 inversiones en startups al año, pero en 2021 llegó a superar las 300. Se estima que la compañía ha perdido unos 23.000 millones de euros. Aunque en el primer trimestre ha logrado una ligera ganancia, necesitaría una subida cercana al 150% del valor de sus inversiones para recuperar lo que ha perdido en dos años.

Tencent es otra de las compañías que está sufriendo las consecuencias de una inversión agresiva en startups. En 2022 llevó a cabo ajustes de valoración que superaron los 3.400 millones de euros, en una cartera cuyo valor total era de 32.500 millones de euros.

Pasan al modo conservador

Todas estas entidades han decidido cambiar su estrategia de inversión en startups y apostar ahora por un sistema más conservador. Un «modo defensivo» tal y como lo definen en Softbank.

La entidad japonesa invirtió 15.600 millones de dólares entre abril y junio de 2020, pero en el primer trimestre de 2023 ha limitado su inversión a 400 millones.

En el caso de Tiger Global, en el primer trimestre de 2022 llevó a cabo 139 inversiones en startups. En cambio, en lo que va de 2023, apenas ha completado una veintena de inversiones.

Sofbank cree que podría haber una recuperación a principios de 2024, pero los analistas consideran que la elevada inflación y los altos tipos de interés van a dificultar que pueda volver a repetirse ese frenesí inversor que se vivió en 2021.

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