Cepsa compró Ballenoil en 2023 e integró BNOIL, sociedad vinculada a Axoil y GM Fuel: herencia empresarial de un fraude de hidrocarburos

Fotos articulo Cepsa Axoil Moeve Ballenoil
Cepsa, hoy Moeve, compró Ballenoil en 2023. Lo que pocos saben es que esa red ya integraba BNOIL, una sociedad vinculada a Axoil y GM Fuel, protagonistas de una trama de fraude de hidrocarburos con más de 124 millones de deuda pública. Una operación empresarial que arrastra un legado judicial difícil de ignorar

 

La operación de compra de Ballenoil fue presentada como una jugada estratégica: más de 220 estaciones de servicio, una marca consolidada en el mercado low cost y un modelo basado en automatización y precios competitivos. Para Cepsa, ahora renombrada como Moeve, era la pieza que le faltaba para consolidar su presencia en el segmento de carburantes económicos. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) dio su aprobación en mayo de 2024, con una única condición: deshacerse de cuatro estaciones en zonas de alta concentración.

Pero lo que no se comunicó con tanto detalle fue que Ballenoil ya había integrado a BNOIL Desarrollo Global S.L. en julio de 2018. Es decir, Cepsa no solo compraba una red de estaciones de servicio; también se hacía con una sociedad cuya historia mercantil arrastraba relaciones comprometidas: sus anteriores administradores eran Luis Alberto Nieves Pardo y José Domingo Nieves Doprado, empresarios que formaron parte de la gestión de Axoil Trade S.L., Axoil Energy S.L., y posteriormente, de la dirección de GM Fuel Service S.L. .

Este último nombre no es menor. GM Fuel está actualmente en fase de liquidación judicial, tras la apertura de procedimiento en el Juzgado de lo Mercantil nº12 de Barcelona por una deuda superior a los 124 millones de euros, buena parte de ella contraída con la Hacienda Pública. La resolución judicial de abril de 2024 no deja lugar a dudas sobre la situación financiera terminal de la empresa. Y es dentro de ese conglomerado donde aparecen los lazos de gestión que conectan a BNOIL con este entramado societario.

De Axoil a GM Fuel, el entorno empresarial de BNOIL

El nombre de Luis Alberto Nieves Pardo y José Domingo Nieves Doprado no es nuevo para quienes siguen de cerca los procedimientos mercantiles y fiscales ligados al mercado de hidrocarburos. Ambos aparecen como figuras clave en varias sociedades que operaron durante años en este sector, acumulando millones en facturación... y también en deuda.

Una de ellas fue Axoil Energy S.L., que entre 2016 y 2019 facturó más de 112 millones de euros a la empresa Gaslow, según consta en documentos incautados durante una investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. La misma documentación detalla que Axoil abonó 1,2 millones de euros en comisiones a Isidoro Gutiérrez, considerado por los investigadores como presunto cabecilla de una trama de fraude de hidrocarburos a gran escala.

La empresa GM Fuel Service S.L., a su vez, fue presentada durante años como un actor emergente del sector. En 2019, su facturación superó los 1.200 millones de euros, pero su apalancamiento financiero superaba el 95 %. En 2024, la justicia declaró la apertura de la fase de liquidación concursal, con informes que evidencian un endeudamiento insostenible y operaciones de gestión de activos entre empresas del mismo entorno.

BNOIL compartió en su etapa previa gestores con estas estructuras. Y aunque BNOIL no figura como parte formal del concurso de GM Fuel, ni ha sido objeto de imputación directa, su trayectoria empresarial no puede desligarse del contexto en el que se gestó.

Una historia empresarial que ya acarreaba sombras

En 2017, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) impuso una sanción a Cepsa por prácticas anticompetitivas. La investigación penal fue archivada, pero el expediente administrativo confirmó que existieron pactos para coordinar márgenes comerciales y limitar la competencia.

El 9 de junio de 2025, la Audiencia Nacional dictó una orden de busca y captura internacional contra Khadem Al Qubaisi, expresidente de Cepsa, por su presunta implicación en un delito de blanqueo de capitales. La causa analiza una operación millonaria por la venta de la Torre Cepsa. Según el sumario, la compraventa se habría estructurado mediante una red de sociedades interpuestas, obteniendo un beneficio oculto próximo a los 100 millones de euros sin tributación efectiva en España.

La herencia invisible que llega con algunas compras

La adquisición de Ballenoil por parte de Moeve —la nueva identidad de Cepsa— no fue una simple operación comercial. Fue una compra con historia. Porque en esa cesta de activos iba también BNOIL Desarrollo Global S.L., una sociedad con un pasado mercantil marcado por nombres y conexiones difíciles de ignorar.

Los hechos están documentados: BNOIL estuvo gestionada por los hermanos Nieves, protagonistas de un ecosistema empresarial que orbitó alrededor de Axoil Energy, Axoil Trade y GM Fuel, esta última en fase de liquidación judicial por una deuda superior a los 124 millones de euros.

¿Conocía Moeve el pasado de BNOIL cuando compró Ballenoil? Todo apunta a que sí. La trazabilidad era pública. Las conexiones, rastreables. Las alertas, disponibles.

Esta historia plantea unas preguntas incómodas pero necesarias: ¿cómo deben responder las grandes corporaciones cuando las adquisiciones que hacen arrastran pasado judicial? ¿Qué responsabilidad asumen al heredar estructuras que participaron, directa o indirectamente, en prácticas lesivas para el interés público?

Porque a veces, lo que se compra no es solo una red de gasolineras. Es también el rastro que dejaron quienes las levantaron.