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Pepa Fernández: "La política nos vuelve locos a todos"

-Catorce años en un programa es todo un récord...

-Sí, y sobre todo en RNE, donde cambian tanto las cosas. Como diría El chavo del ocho, es un récord sin querer, queriendo. Cuando una empieza algo se propone durar, pero tanto ni se lo puede imaginar.

-¿Puede seguir innovando después de tanto tiempo?

-La verdad es que poquita cosa. Creo que en la radio todos hacemos el programa que tenemos en la cabeza, y después de tanto tiempo lo vas puliendo, viendo las cosas que te gustan y las que no, pero llega un momento en el que casi todo te gusta. Es una dificultad, pero a pesar de eso todas las temporadas incorporamos nuevas secciones, colaboradores... Cada vez es más difícil, pero hasta aquí lo hemos conseguido. Ya veremos qué pasa el año que viene, si estamos en antena.

-¿Se sigue poniendo retos?

-No, lo más alucinante es que no nos proponemos nada, no soy nada ambiciosa, no me pongo objetivos. Lo único que quiero es seguir pasándomelo bien, trabajando con ilusión, como trabajamos desde el primer día, con el mismo esfuerzo y tenacidad. Jamás me propongo superar nada, quiero quedarme como estoy, que estoy muy bien.

-¿Tampoco le piden nada desde dentro de la casa?

-Hemos llegado a un punto en el que tenemos una muy buena audiencia, seguidores muy fieles y entusiastas y es difícil por ello pedirle más a un programa de radio. La casa nos ha dejado siempre trabajar muy bien, pese a tener muchos directores, unos buenos, otros regulares y otros no tan buenos, pero confiaban en el programa y en la gente que lo hacíamos y no nos han exigido nunca nada.

-¿Cree que podría resolverle a RNE los problemas que parece tener en otras franjas?

-Yo tengo para mí que este programa es de ifn de semana, no estoy muy segura que pudiera sacar adelante con éxito otro programa distinto. A todo se adapta uno y seguramente sería capaz de hacer otras cosas, pero ya llevamos tantos años puliendo esto que estamos encantados de estar el fin de semana, que además te permite trabajar con más intensidad los programas. Yo tengo mi vida montada para poder leerme todos los libros y ver las películas de las que hablar y eso no podría hacerlo en un programa diario.

-¿Y qué cree que les ha fallado entonces a los programas de RNE de otras franjas horarias para que sufrieran tantos cambios?

-Seguramente consolidar las cosas, o, cuando están consolidadas, cambiarlas porque a ti no te gustan. Quizás llegaba un director y los cambiaba sin pensar que la radio es una carrera de fondo, no de velocidad, y a veces no son los mejores los que funcionan, sino los que llevan más tiempo. Eso lo dice siempre Julio César Iglesias, y me parece maravilloso, "un programa en la radio no dura porque sea bueno, es bueno porque dura". En RNE nos falta esa apuesta a largo plazo, cuando se ha apostado a medio plazo ha acabado funcionando, pero hay que tener paciencia, algo que nos ha faltado.

-¿Se puede decir que lo mejor de un programa de fin de semana es que la política es un tema secundario?

-Absolutamente, no estás pegado a la actualidad política, primero porque ésta suele descansar y te permite abordar otras cosas que a mí me interesan muchísimo más. Si tuviera que hacer un programa político también lo haría, pero el fin de semana te permite reflexionar sobre otros asuntos y estoy feliz de poderme escapar de esa actividad política que nos vuelve tan locos a todos.

-¿También tiene menos presión que la que dicen tienen todos los espacios de TVE y RNE?

-Yo no tengo ninguna, no sé si es porque es el fin de semana, porque no hacemos entrevistas políticas. A nosotros nos encanta promocionar productos españoles, la labor de la gente del campo, que al final son los sectores que están iniciando la recuperación económica, el agroalimentario y el turístico. Nos hemos convertido en altavoz de eso y por eso no puedo hablar de presiones porque no los he vivido.

-Como excolaboradora de "La mañana de La 1" de TVE, ¿le parece que son justas las críticas que recibe su compañera Mariló?

-Es una mujer muy espontánea, que dice las cosas que piensa y que a veces se malinterpretan, se exageran, y a veces ocurre simplemente que una mete la pata. Cuando se está hablando en público todos metemos la pata y decimos cosas que después a nosotros mismos nos llaman la atención, a ella también la pasa, a todos.

-Ahora está excedente, pero cuando ejercía como profesora, ¿qué le daban más dolores de cabeza, sus alumnos o la escaleta de su programa?

-Seguramente hacer la escaleta. Al principio pensaba que no sería capaz de enseñarles nada a mis alumnos, pero luego me di cuenta de que llegan demasiado verdes y que sí les puedes enseñar muchas cosas. Me da la sensación de que uno no es consciente de lo que aprende hasta que tiene que exponerlo en una clase para los demás. Me gusta tanto enseñar que volveré a ejercer.

-Pues nada, que siga siendo una mujer tan tranquila y relajada como aparenta...

-La profesión va por dentro. No soy nada tranquila y relajada, lo que pasa es que intentamos ser un poco más calmada. En la radio estoy más tranquila que en la vida, donde voy siempre acelerada, corriendo, siempre quiero hacer las cosas de forma inmediata, no tengo paciencia. En la radio, sin embargo, si se cae el programa o cualquier cosa yo soy la que acostumbro a tranquilizar a mis compañeros, tengo una actitud más racional en la radio que en la vida.