Paul Cézanne fue, junto a Van Gogh y Gauguin, el artista más incomprendido del Impresionismo. Sin embargo, esta incomprensión se convirtió en admiración tras su muerte. En palabras de Picasso, el pintor francés es el padre de arte del siglo XX.
Nacido en una pequeña localidad del sur de Francia en 1839, Cézanne vivió durante muchos años en París, centro nuerálgico de los movimientos artísticos de finales del siglo XIX, donde nunca se sintió plenamente integrado. Su carácter taciturno y violento hacía que no se sintiera cómodo en sociedad y, pronto, abandonó la escena artística parisina para retirarse a las colina de Provenza para estudiar los recursos de representación de un espacio tridimensional sobre la superficie plana de la tela.
Sin embargo, el cambio de rumbo tampoco le proporcionó el reconocimiento artístico, ya que en vida sólo consiguió vender dos cuadros.
Cézanne cultuvó diversos géneros, entre los cuales brilló, especialmente, en bodegones, retratos, paisajes y estudios de bañistas. Las obras pictóricas más destacadas del pintor galo son: Los jugadores de naipes, La montaña de Sainte-Victoire y Las grandes bañistas.
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Redacción Estrella Digital