
Entre los arrestados figuran dos personas en A Coruña, tres en León y una en Madrid, Miranda de Ebro y Burgos.
La Policía les atribuye 128 casos de grafitis con daños por valor de más de 556.000 euros en una superficie superior a los 4.000 metros cuadrados afectados por esas pintadas.
Los grafiteros hacia "estudios previos" y adoptaban "fuertes medidas de seguridad" antes de proceder a pintar, y "ocasionaban daños en verjas perimetrales de seguridad y puertas de entrada para acceder a los lugares en los que se encontraban los trenes", según la Policía.
El principal investigado está acusado de "más de 500 pintadas en la ciudad de A Coruña" y los agentes que los detuvieron se incautaron de "armas de fuego y una placa de policía simulada" en un registro en su domicilio, además de grilletes y munición, por lo que se decretó su ingreso en prisión.