-Ya empieza a vérsela muy negrita…
-El año pasado cuando volví sí estaba negra. Allí da igual la protección que te eches.
-Parece que el formato sigue teniendo aceptación popular…
-Yo creía que este año iba a sorprender más que nunca, aunque parece que esto se diga siempre, porque el casting era muy potente, dan mucho juego y la magia de Supervivientes está en que de perfiles que no te esperas encuentras a los verdaderos supervivientes.
-¿Tiene ya su favorito?
-Es absurdo tener favorito porque en realidad no se sabe cuál es el perfil real de superviviente hasta que pisan la isla y están ahí. Algunos van pensando en que sólo es un concurso y ya al llegar descubren que no es así.
-¿Su principal misión es ayudarles?
-Cuando iba a ir la primera vez me decían que yo era una persona muy cercana, que me tendría que poner un poco más seria, pero ellos están pasándolo mal y lo que ven en ti es una amiga, no un sargento. Es un concurso muy duro y lo que buscan es apoyo.
-¿Participaría en Supervivientes?
-Participaría seguro. Volví el año pasado un poco dubitativa pero creo que sí. A mí no hay cosa peor que me puedan decir que que no me voy a atrever.
-¿Le gustaría entonces al menos realizar las pruebas que hacen los concursantes?
-Me encantaría porque soy la primera que disfruta con ello. El año pasado las probé todas, aunque no se viera en cámara. Si las haces, a la hora de explicarlo es mucho más sencillo
-Cristina Pedroche hablaba de lo duro que es presentar un programa como Pekín Express. ¿También lo es presentar Supervivientes?
-Es que estoy muy feliz, somos 180 personas y al final se crea un ambiente de familia increíble, porque estás con ellos 24 horas. De compañeros pasan a amigos y al final casi a familia. Es duro, echas de menos a tu verdadera familia y tus rutinas, pero es un privilegio porque estás en un paraíso, con gente maravillosa y haciendo un reality que cada día sorprende con algo nuevo, por lo que no te da tiempo a relajarte o aburrirte.
-¿Qué pesa más en este programa, la parte de reality o de supervivencia?
-Es que todo afecta. Es un concurso muy psicológico, porque si en la parte de reality hay conflicto, en la de las pruebas están más distraídos, más flojos, mientras que si hay una buena convivencia les reporta resultados positivos en los juegos de líderes. Si lleva cuatro días lloviendo o no han comido, influye mucho.
-¿Qué le sorprendió en su primer año?
-Me sorprendió todo, pero sobre todo el ritmo de trabajo. La rutina de allí es muy particular, no desconectas ningún minuto del trabajo, es inevitable estar cenando y no hablar de algo que ha pasado.
-¿En qué ha variado su maleta en esta ocasión?
-El año pasado me llevé sólo tres libros y es algo en lo que he mejorado en este. También me he llevado un amplificador del iphone, mogollón de velas, mi cafetera, porque por las mañanas o me tomo un café o no despierto… He intentado hacer de mi habitación mi casa durante tres meses y traerme cosas que sí echaba de menos.
-¿Y en cuanto a ropa?
-Este año he metido mucha menos ropa porque el año pasado me sobraba por todos sitios. Por el contrario, me he traído más de cien biquinis.
-Ahora está muy pegada a los realitys y antes a otro tipo de TV muy diferente. ¿En cuál se siente más cómoda?
-Estoy muy contenta ahora, pero en realidad a lo largo de mi carrera he tenido mucha suerte de poder tocar todo tipo de contenidos, porque he aprendido de todos. En la parte de informativos aprendí muchísimo, pero por mi carácter y mi forma de ser estoy muy cómoda en el reality porque no hay un papel que te haga estar encorsetada. Eso no significa que si me dicen dentro de equis tiempo que vuelva a informativos no lo vaya a hacer, porque al final soy una enamorada de mi trabajo.
-Pese a estar tan feliz en el mundo del reality, ¿hay algún otro espacio que le gustaría hacer y alguno que nunca haría?
-Me gustaría hacer un programa tipo el de Jesús Calleja, aunque también me gustan mucho los concursos como Pasapalabra o Password. Y algo que nunca haría no lo sé, tendría que hacerlo antes para saberlo, aunque nunca pensé que iba a hacer las motos y fue un gran descubrimiento para mí el mundo del motor.
-Su compañero Jorge Javier fue al programa de Calleja, ¿a usted al menos le gustaría ir también?
-Me encantaría. Con Jesús iría al fin del mundo porque es un encanto y buen amigo. Calleja me puede llevar donde quiera cuando vuelva.