Sade saca nuevo disco después de diez años. Y ha sido un éxito. Hace música par el amor y también música para escuchar en el iPod. Ha vendido en su carrera 50 millones de discos.
Se llama Soldier of love, título que le da uno de los temas de este álbum. Ella sigue siendo la misma (casi) Nunca grita, modula y acaricia las canciones que interpreta. Y como es una belleza mulata y exótica tiene éxito ya que la imagen vende mucha música que suena en los oídos.
Desde su primer disco Diamond Life (1984) sigue dando más de lo mismo. Canciones elegantes y sofisticadas, dichas sin pasión. Suenan cool, de buen gusto, bonito aunque suena frío.
Sus canciones y discos como Smooth Operator de hace 25 años, su Ordinary Love o The Sweetest Taboo siguen siendo y sonando seductora. Es una voz de seda sin estridencias, dotada especialmente para cantar soul con estilo y aromas.
La voz ha madurado y suena algo más grave. Y como siempre tiene una buena banda detrás que le arropa. Su listón musical es alto.
salió el 8 de Febrero y ya es número uno de ventas. Sade, Helen Folasade Adu, confirma que tiene muchas seguidoras, por ejemplo Norah Jones.
Los mejores temas que lleva son Another Time que es un canto a la esperanza y The Moon and the Skay o la balada que da título al disco.
Sade no cambia sustancialmente de sus cinco discos anteriores. A ello contribuye que desde 1983 su banda es la misma. Stuart Mattewman, líder, guitarra y saxo. Andrew Hale a los teclados y Paul Denham al bajo. El batería Pete Lewinson ya colaboró con ella en la gira del año 2002.
Ella cantó (y canta) un soul que imitaba (e imita) a Curtis Mayfield y Donny Hathaway. Esos si le confiere un sello propio.
Las letras de las canciones son de la propia artista. Suenan funk, son canciones tranquilas, suaves, próximas al jazz. Y ella se mueve entre ellas como si fuera un símbolo, un icono.
El primer tema The Moon and the Sky suena como una canción melodramática. Es emotiva. Brilla la voz de Sade que suena más grave que en los discos anteriores. Suena más eléctrico, con sintetizadores, con algunos coros.
Otro de los temas Long Hard Road que recuerda su aclamada y vendidísima No Ordinary Love. En Morning Bird la estrella saca lo mejor de su voz y de su manera de susurrar las canciones. Es una balada lenta, es un buen soul. Y Soldier of Love son cinco minutos tristes. Con toques de trompeta, una línea directa al corazón.
Con Sade vuelven los iconos de los años ochenta y noventa que entonces vendieron discos para ver que sigan haciéndolo. Por eso ella suena suave, calida, barroca y sofisticada. Su último trabajo es para ponerlo muchas veces, suena bien, se oye mejor.
Soldier of love
Sade
Sony Music www.sade.com