Y ahora los pensionistas. ¡Que se jo...!

No hay nada que hacer. En medio de la tormenta, el vendava lol barre  todo. Sin displicencia, sin miramientos. La última promesa que quedaba por enlodar, ha caído bajo el recio e impetuoso furor de la evidencia. La mentira en política es un bien preciado, místico. El engaño se ha perpetrado contra los pensionistas, ese resplandeciente objeto de deseo electoral. Hoy, el Gobierno ha anunciado que no revalorizará las pensiones tal y como el presidente Rajoy había afirmado en septiembre; no antes de conocer la “herencia recibida”, sino hace dos tristes meses de farsa: “Si algo no tocaré, serán las pensiones, porque el pensionista es el más indefenso y no tiene una segunda oportunidad”, y “por eso, es la única partida del presupuesto que no he tocado ni pienso tocar en los próximos tres años”. Así lo dijo en la entrevista de salón en la cadena más amiga, la que tomó en propiedad nada más llegar al Gobierno.

Los hinchas de turno culparán a Zapatero

No queda nada por expoliar: impuestos indirectos, IVA, retenciones en el IRPF, tasas universitarias, los tres euros del comedor escolar, copago sanitario, abaratamiento del despido para “crear empleo indefinido”: seis millones de parados. Pero Fátima Báñez, memorable presentadora de los viernes, no se despeina mientras anuncia que los funcionarios son personas y que hay indicios de recuperación y que todo va tralará tralará.
Los hinchas de turno culparán a Zapatero, que al parecer ya está a sus zapatos, porque para eso están. Tampoco se despeinarán diciendo que él las congeló, pero olvidarán los reproches que Rajoy y sus compañeros le hicieron entonces; obviarán que la herencia no es el bálsamo de fierabrás para justificar y acometer los actuales desmanes contra los bolsillos. ¿Se puede carecer de pensamiento crítico hasta el punto de ignorar que a ellos también los engañan?

A ver si de una vez alguien se hace responsable en este gobierno de las decisiones que se toman

Este país es un sainete interminable. Cada cual a lo suyo. Si los nuestros son los que defraudan y nos decepcionan, tendrán sus motivos; si son los de enfrente, a arremeter contra ellos con insidia. Pues ya ven. A mi todo esto me parece mal, pero no voy a caer en la trampa.
Zapatero hace un año que no gobierna, no me cuenten más historietas. A ver si de una vez alguien se hace responsable en este gobierno de las decisiones que se toman. A ver si ahora va a resultar que los padres tienen la culpa del Madrid Arena, los marcianos de la Gurtel, los suecos de los indultos a torturadores y defraudadores fiscales. Y claro está, la Rusia soviética del negocio en ciernes que se cuece en los hospitales públicos. Lo público es comunista. Es ETA, que diría la cosa magenta.

¿Será posible que la sociedad se plantee juzgar políticamente a sus gobernantes sin caer en los artificios del engaño al que someten a los ciudadanos con los soniquetes teatralizados de “los malos son ellos”?. Duele ya la cabeza y cuesta que se pase el dolor. La culpa, sin duda, es de Zapatero por no mejorar cuando pudo la fórmula de la aspirina. ¡Viva el ruido! Y todos recios marciales cara al mañana que nos promete, patria, justicia y pan. Así es esto, qué lástima.

Rafael García Rico