Un regalo adelantado
Este año, los Reyes Magos llegaron con tres días de antelación a su milenaria cita y lo hicieron acompañados de un esperanzador regalo. Según los datos oficiales proporcionados por el Ministerio de Empleo, el número de desempleados en el mes de diciembre ha descendido en 59.094 personas lo que supone la mayor caída desde el año 1990. Con un gesto de alivio contenido, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, valoró el efecto que ha tenido la campaña de Navidad en el sector de servicios, muy castigado por la crisis, y que ha realizado casi 50.000 de los nuevos contratos, es decir, el 86 % de las altas laborales. En la rueda de prensa que ofreció junto a Engracia Hidalgo, su homóloga en Empleo, ambos defendieron la reforma laboral aprobada por el ejecutivo de Mariano Rajoy al afirmar que, sin ella, la situación sería peor.
Si la tendencia se mantiene positiva en enero, febrero y marzo, quizás podamos comenzar a hablar de un cambio de tendencia
Al calor de los datos, desde ciertas tribunas periodísticas se han lanzado las campanas al vuelo. A algunos, exultantes, solo les ha faltado parafrasear a Elena Salgado y sus famosos pero no hallados brotes verdes. Incluso el ministro De Guindos se ha permitido pronosticar el fin de la recesión en 2013, siendo, por cierto, certeramente rebatido por mi compañero de columna, Fermín Bocos, el pasado jueves, aquí, en Estrella Digital. En mi opinión, aún es tiempo de guardar cierta compostura y prudencia. Se antoja muy prematuro hablar de un cambio de tendencia o de síntomas de recuperación. Por supuesto, es muy positivo que casi 60.000 personas hayan encontrado un empleo y que las Navidades hayan sido un poco más favorables para un mercado laboral que bordea, peligrosamente, el abismo de los seis millones de desempleados.
Sin embargo, no hay que olvidar incluir una serie de elementos a la hora de realizar una correcta valoración de estos resultados. En primer lugar, habrá que esperar a ver cuál ha sido el efecto estacional que se registra en un mes como diciembre, muy dinámico gracias al impacto generado por las compras navideñas. Si la tendencia se mantiene positiva en los siempre difíciles meses de enero, febrero y marzo, quizás podamos comenzar a hablar de un cambio de tendencia. Como segundo elemento de análisis, los datos no proceden de la Encuesta de Población Activa, más fidedigna, sino de los proporcionados por las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), cuya fiabilidad he discutido en un artículo anterior. Y, por último, estas casi 60.000 contrataciones no deben relegar, en ningún momento, el drama de las 4.848.723 personas –sin el maquillaje estadísticos, casi 6 millones– que siguen buscando un trabajo en España, cifra impropia de un país desarrollado como el nuestro y cuya resolución ha de ser el objetivo principal del gobierno del Partido Popular para este 2013.
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Gorka Labarga