Un irónico en la Seguridad Social
Tomás Burgos es Secretario de Estado de la Seguridad Social, y está haciendo las primeras prácticas en ironía, aunque la ironía le siente a la Seguridad Social como unos ligueros a un guerrillero.
Montoro y sus chicos descubrieron que algunas empresas pagaban vales de comida a sus trabajadores, sin que esas cantidades, como parece lógico, cotizaran a la Seguridad Social, y se lanzó en tromba para hacer más felices a los trabajadores, y le secundó el ministerio de Empleo con un decreto que tendrá un efecto perjudicial para los trabajadores: muchas empresas dejaran de abonar los vales de comida.
La CEOE se quejó de la medida, dijo que eso podría afectar a la competitividad, pero salió don Tomás a negarlo e incluso se permitió una ironía diciendo: "No creo que la protección social se pueda cambiar fácilmente por tickets de restaurante". (Sonrisas obligadas entre los subalternos de don Tomás, celebrando lo gracioso que es).
Las dietas de don Tomás no cotizan a la Seguridad Social, pero los ocho o diez euros ticket del trabajador sí hay que fiscalizarlos
Cuando don Tomás sale de ese ministerio que intenta controlar el mayor paro de la historia de España, y hace un viaje oficial a Valencia, o a Valladolid, que es su ciudad de nacimiento, cobra las dietas estipuladas para los altos cargos, y esas dietas, tanto si se las gasta como si le invitan los valencianos o los vallisoletanos, no cotizan a la Seguridad Social.
Es probable además que, como las dietas son rácanas, le adjudiquen dos o tres días fuera, aunque sólo pernocte una noche, interpretación que los interventores ministeriales suelen admitir. Es decir, que las dietas de don Tomás no cotizan a la Seguridad Social, pero los ocho o diez euros ticket del trabajador, que vive a 20 kilómetros de su puesto de trabajo, esos sí hay que fiscalizarlos. A lo mejor se trata de una ironía y no la hemos entendido.