Sony golpea primero
Y como siempre, y cuando nadie lo esperaba, saltó la sorpresa. Esta vez lo hizo en la primera edición del Consumer Electronics Show (CES) del año, que ha tenido lugar en Las Vegas durante la presente semana. Entre televisores de ultra alta definición, pantallas curvadas y plegables, smartwatches y dispositivos wearables varios, Sony y su flamante y recién lanzada al mercado PlayStation 4 se han convertido en dos de las grandes estrellas de la feria. Los numerosos premios a “lo mejor del evento” que la compañía japonesa ha recibido en las últimas horas no son sino las réplicas del gran anuncio con el que la misma nos sorprendió hace unos días: PlayStation Now.
Mientras en España apenas habíamos terminado de abrir nuestros regalos de Reyes, a millones de kilómetros los pasillos del Mandala Bay, donde se celebraba el acto, acogían la primera gran noticia de 2014 relacionada con la industria del videojuego. En una feria que nunca se ha caracterizado por las anuncios entorno a este sector, Sony sorprendió a todos los presentes al anunciar PlayStation Now, su propia plataforma de juegos en streaming.
Con PlayStation Now, Sony da una respuesta a todos aquellos que miraban con recelo la compra de Gaikai por parte de la empresa y las astronómicas cifras de ésta, a los que preguntaban donde iban a quedar el catálogo de PlayStation One, PlayStation 2 y PlayStation 3 ahora que la retrocompatibilidad pasaba a ser una utopía, así como a todos aquellos que exigían un servicio en línea equiparable al de Azure, a la polémica nube de Xbox One y adaptable a las nuevas tecnologías.
Se trata de una declaración de intenciones, de un golpe de efecto que obligará a Microsoft a reaccionar y demostrar que siguen siendo líderes en un campo del que, hasta hoy, presumían y ondeaban como estandarte. El servicio nos propone, a cambio de una subscripción inicial de precio aún desconocido, disponer del catálogo (parte o total) de las consolas antes mentadas y jugar a él desde PlayStation 4, PlayStation Vita e incluso nuestros televisores, tabletas y dispositivos móviles. Todo usando simplemente una conexión a internet de al menos 5 MB.
La propuesta, que a priori suena demasiado bien, nos hace echar la vista atrás y mirar a la primera plataforma que apostó por dicho sistema: Onlive. Un primer intento de traer a nuestros días lo que la mayor parte de los analista ve como el futuro de los videojuegos. Aquel primer vistazo, que fracasó debido a los elevados pagos mensuales, a las exacerbadas exigencias en temas de conexión a internet en determinados países (como España) y a su escaso catálogo, nos sirve como precedente y para afrontar con prudencia el proyecto.
A pesar de ello, y hasta que lleguen novedades, para las víctimas de la luz amarilla y los defectuosos lectores de PlayStation 3, o para aquellos con una PSX y PS2 al borde de la jubilación debido a la tralla recibida, se antoja tan prometedor como interesante. Definitivamente, en este 2014 Sony ha golpeado primero.