Restaurantes de 4 micrófonos
Se veía venir. En Cataluña, casi sin darse cuenta, han pasado de los restaurantes de 4 tenedores a los restaurantes de 4 micrófonos, donde te espían, un poco al estilo inspector Clouseau de la Pantera Rosa, porque a estas horas ya se sabe quién encargó el espionaje, el nombre de la espía y las características de los espiados, es decir, que estamos ante un espionaje tipo Mortadelo y Filemón, lo que no nos debe extrañar, puesto que su creador, Francisco Ibañez, nació en Barcelona, el mes que viene hará 77 años.
En Cataluña han pasado de los restaurantes de 4 tenedores a los restaurantes de 4 micrófonos
El encargado de toda la trama, un jefe de filas de los socialistas catalanes, llamado José Zaragoza, se ha presentado a sí mismo como un ingenuo que le encargó a una agencia de detectives un estudio sobre las avellanas, o fue Montilla, que comenzó a sentir curiosidad por saber si en Cataluña contaban con una avellana autóctona, y ahí empezó todo. Las facturas que tiene el compañero Zaragoza son de las avellanas, pero los de la agencia de detectives, como interrogar a las avellanas es muy aburrido, porque las avellanas son bastante discretas, y no hablan mucho, se dedicaron a poner micrófonos en los restaurantes, que es mucho más divertido.
Puede que esta decadencia empezara cuando los malos imitadores de El Bulli sustituyeron el sabroso conejo a la brasa con alioli de toda la vida por la espuma hecha con nitrógeno. Un poco antes de llegar a la desestructuración de las monchetas con butifarra, debió venir la inclusión de micrófonos en la decoración floral, un híbrido entre la nueva cocina y el espionaje más tradicional. Creo que El Bulli cerró sus puertas por empecinarse en seguir con el nitrógeno y no incorporar elementos de "La tienda del Espía". Y, teniendo en cuenta que no es lo mismo que te espíen a 65 euros el cubierto que a 200 euros, El Bulli, con unas cámaras tipo Gran Hermano, podría haber sido pionero, también, en los restaurantes de 4 micrófonos, antes denominados de 4 tenedores.
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