¿Qué le pasa a Cristiano Ronaldo?

Antes de adentrarnos en la prolija personalidad de Cristiano Ronaldo que estos días anda mustio y triste, diremos que el Real Madrid confirmó su liderato goleando a un buen Granada por 5-1 en la primera jornada liguera del año nuevo.

Aunque el resultado pueda decir lo contrario, la verdad es que el Granada ofreció una buena imagen en el Bernabéu ante el entusiasmo de sus 5000 aficionados que dieron toda una lección de comportamiento y de saber estar. Así da gusto.

Salió goleado, pero con la cabeza muy alta. Hacía años que el Granada no estaba en el Bernabéu y lo quiso celebrar por todo lo alto. El resultado para ellos es lo de menos. Lo importante es que el Granada ha regresado a la elite del fútbol español. Y eso es lo que está celebrando su magnifica afición.

El Real Madrid cumplió el guión previsto, salieron a por el partido desde el primer minuto después de la mala experiencia sufrida ante el Málaga, y en esta ocasión no pasaron ningún tipo de apuros.

El equipo de Mourinho, salió con la lección aprendida y confirmó algunas realidades positivas. En especial la de Benzema, el jugador más en forma del Madrid y ya ídolo de la afición blanca y de todos aquellos que le menospreciaron al poco de llegar. Mourinho es el culpable positivo del cambio en el francés. Ha pasado de la apatía y falta de carácter, a ser un jugador con ambición y de gran responsabilidad a quien le gustan los grandes desafios. Fue al autor de dos goles, el segundo de ellos para enmarcar por su control y definición, además de pequeñas sutilezas para la galería. Se retiró lesionado, pero según parece no reviste gravedad y se le espera para el partido de vuelta de copa, frente al Málaga.

El partido tuvo poca historia. El Granada aguantó muy bien en la primera parte pero en el segundo periodo, tras un arranque espectacular del Madrid que marcó dos goles en un verbo, el partido quedó sentenciado.

Cristiano metió el quinto. Se trató de un gol ya irrelevante, sobre el final del partido. Se negó a celebrarlo. Mal encarado, se apartó de los compañeros que iban a felicitarlo y dio la impresión de querer escenificar un mensaje de reproche hacia alguien o algo. Yo díria que fue un reproche contra la afición madridista que le silbó al ejecutar un libre directo que lanzó alto, en los albores de la segunda parte.
 
Cristiano es uno de los mejores jugadores del mundo, pero hay algo en lo que está negado desde hace mucho tiempo. Los datos revelan, pese a la creencia general, que no es un gran lanzador de golpes francos. Ha tirado 107, 21 fueron a palos y sólo 5 acabaron en gol.

Desde las críticas que recibió cuando jugó con el Barcelona, Cristiano Ronaldo está muy enfadado no sólo consigo mismo sino con todo lo que le rodea, sobre todo con la afición madridista. Y es que si algo no perdona su personalidad egocéntrica, es que le discuta su propia gente. Cristiano Ronaldo no asume que como parte del espectáculo que es, le silben algunos aficionados de su equipo. Soporta y hasta aguanta con estoicismo que los seguidores de los otros equipos carguen las tintas contra él y hasta le gusta, pero no aguanta que los suyos le pongan en duda. De ahí que Cristiano Ronaldo no celebrase el quinto gol, que hace el número 21 en la liga, por los pitos que escuchó en algunas fases del partido contra el Granada y por las burlas que hubo cuando lanzó el libre directo fuera.

Vaya por delante, que Cristiano me parece un inmenso jugador y si cabe mejor profesional, pero muchas veces peca de soberbia y de ser excesivamente individualista y eso es justamente lo que le reprocha una parte de su afición. No se puede discutir lo indiscutible. Pero es verdad que Cristiano en los últimos partidos no está en estado de gracia. Y no pasa nada, no vamos hacer de un grano de arena una montaña, es el propio jugador quien le da trascendencia a un asunto que no va más allá de dos partidos sin brillar. Pero peca de tanta soberbia, que con sus desplantes nos descubre sus debilidades.

Lo de no celebrar el gol con sus compañeros, además de ser una falta de respeto hacia sus compañeros, fue un desprecio hacia ese público fiel que tantas veces lo ha idolatrado y lo sube con excesiva facilidad hasta las nubes.

Sé que el jugador portugués es un inconformista. Él siente que pudo hacerlo mejor y se rebela cuando las cosas no le salen bien, pero de cara al exterior da una imagen de chulo y prepotente. Con esa actitud da la sensación de que es un niñato mimado y mal criado, cuando sabemos que no es así. Sus orígenes fueron muy humildes y no creo que Cristiano haya olvidado de donde viene. Salvo que la opulencia le esté cegando, algo que suele suceder en muchos casos.

Cristiano debe sosegarse, sus compañeros lo admiten como es pero a nadie le gustan los desprecios. Y mucho menos a la afición, que casi siempre lleva razón.

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Alfonso Celemín