Pongamos que hablo de Mourinho

Imagino que Iker Casillas no está feliz. Los socios del Real Madrid, tampoco. Todo parece producto de la deconstrucción a la que están sometiendo a España quienes tendrían la responsabilidad de mantenerla en alto.

Castigar al mejor portero de España al banquillo es el punto de inflexión de la permanencia de Mourinho en el equipo

La tecnología de la crispación y la bronca es consustancial al entrenador del Real Madrid. Es la atmósfera que le permite seguir viviendo. Y está dispuesto a llevarla hasta las últimas consecuencias. Castigar al mejor portero de España y de la selección al banquillo es, probablemente, el punto de inflexión de su permanencia en el equipo. La acumulación de poder absoluto lleva a la catástrofe porque es el alimento imprescindible para que se desborde la soberbia.

Mourinho tiene, todavía, mayoría absoluta en el Real Madrid y su cláusula de rescisión tiene a Florentino Pérez vinculando su futuro al del entrenador, que además es padre putativo de una parte de la plantilla que pertenece a la misma cuadra que él al compartir representante. Mourinho tiene más futuro que Florentino Pérez, porque los títulos acumulados pesan más que sus defectos, que tiene muchos. El Presidente del Madrid tiene, probablemente, la plantilla más cara de Europa y no consigue ganar partidos. Peligra su futuro en la Liga Europea y el Madrid no es un club que perdone los fracasos. Mal remedio, porque al Madrid le pasa como a España: sumido en la vertiente del fracaso, es complicado remontar por la inercia misma de la gravedad.

Al Madrid le conviene cambiar su directiva como a España le convendría cambiar de Gobierno. Pero los dos están a mitad de campaña o de legislatura.

España tiene peor remedio porque no se atisba en el horizonte receta de recambio para Rajoy

Los equipos reaccionan con un cambio de entrenador, aunque en el caso del Madrid, a mitad de temporada y con el contrato del entrenador portugués no es una operación fácil. España tiene peor remedio porque no se atisba en el horizonte receta de recambio para Rajoy.

No hay mal que cien años dure, pero las consecuencias de una crisis tan profunda como la que tiene el Madrid y España son graves. No se puede comparar la una con la otra; solo que las dos son síntomas del virus de la destrucción que hace posible que las torres más altas se derrumben. Vivimos en la época de la incertidumbre y no hay nada que se pueda dar por asentado y seguro.

Saldremos de esta. El Real Madrid sin problemas serios; España tardará generaciones en volver a recuperar la autoestima en una sociedad fragmentada en la que los ricos serán más ricos y habrá muchos más pobres.

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Carlos Carnicero