Otro Pacto de Estado, por favor

Gobierno y PP quieren que la Reforma de la Adminstración Pública convertida a Pacto de Estado vea la luz este mes. Aunque el PSOE no está aún por la labor y no se prevé que haya un convenio entre los dos grandes partidos en los próximos 30 días. De hecho, en boca de Gaspar Zarrías, vaticina lejano un futuro acuerdo. A nadie le cabe duda de que esta reforma que acoge la reducción de cargos públicos y de personal de confianza, la racionalización de la estructura administrativa e institucional, la eliminación de órganos duplicados y la clarificación de competencias por parte de cada uno de los órganos, supondrán a España un dinero necesario para otras partidas, como la prórroga de las ayudas a los parados, a quienes, en muchos casos, se les acaba la prestación en los próximos días.

No tiene sentido que Comunidades Autónomas tengan diferentes Administraciones con el mismo fin

Eso sí, como siempre, nos surgen preguntas. ¿Por qué se ha esperado a estar prácticamente en un punto sin retorno para ajustar los cargos y administraciones necesarias? Una vez más nos pilla el toro. Tenemos que leer y ver día a día las desesperantes situaciones y dramas que viven actualmente muchas familias españolas, quienes sobreviven sólo con los famosos 400 euros, mientras que hemos y estamos despilfarrando dinero con órganos que se duplican en competencias, que tienen más personal que lo estrictamente necesario y que han estado realizando contratación, en la mayoría de las ocasiones a dedo, para realizar tareas por las que otros ya estaban contratados, por oposición o sin ella.

Ahora nos llevamos las manos a la cabeza al ver la cantidad de despidos. Lamentables EREs, lamentables reducciones de plantillas. Por ejemplo, en el caso de los interinos, en un año, desde julio de 2011 hasta 2012, se han echado a la calle a 17.336 personas. Una barbaridad, estoy totalmente de acuerdo. Pero la barbarie real está en la contratación en su día de estas personas, como si el dinero cayera del cielo. Ha habido mala gestión, una mala organización, una labor de Recursos Humanos desmesurada a la hora de dar de alta, un miedo excesivo a tocar los órganos públicos, aun cuando se está tirando dinero, no vaya a ser que nos recuerde a otras épocas ¿Pero qué nos creíamos? Durante años y años, hemos duplicado no solo órganos administrativos públicos, hemos duplicado plantillas en los órganos del Estado sin necesidad y ahora se les da la patada porque hay que recortar.

No tiene sentido que Comunidades Autónomas tengan diferentes Administraciones con el mismo fin. Ni trabajadores públicos que a la hora de la verdad no tengan labor a desarrollar, porque ya hay otros que lo hacen. Pero la culpa no es de ellos, insisto. Estábamos (y seguimos estando) metidos en un sistema, que como se ha comprobado, a la larga, nos venía grande. Muy grande. Tan grande, que nos sobran órganos, puestos de trabajo y dobles o triples tareas para justificar la existencia de cada uno de ellos.

Nuestro sistema sólo pone de manifiesto que lo hemos hecho mal durante muchos años

El alemán de a pie, al que rápidamente identificamos con la cara de Merkel y no podemos evitar cierto repudio, se lleva las manos a la cabeza con tanta Administración. Ni que decir tiene, si se les explica la existencia de Embajadas por todo el mundo de algunas de nuestras Comunidades Autónomas. Ellos, que son una república parlamentaria formada por dieciséis estados... Pues como nos pasa a muchos, pues no lo entiende. Si alguien me puede decir para qué necesitábamos tantos órganos, con competencias y puestos duplicados lo agradecería. Ahora, lloramos los despidos, pero durante legislaturas nos ha dado igual que una comunidad autónoma, por ejemplo, tuviera 'superpoblación' en su plantilla y que fueran creados puestos y puestos para hacer el mismo trabajo.

Estoy totalmente de acuerdo con Arenas, "una Administración, una competencia". Pero sigo sin entender el porqué este objetivo no se ha cumplido siempre. Puesto que este principio es de cabeza. No puedes contratar a dos electricistas para poner una misma bombilla, porque si la pone el primero, ¿qué labor va a hacer el segundo? Nuestro sistema sólo pone de manifiesto una vez más, que lo hemos hecho mal durante muchos años, durante muchas legislaturas, que se ha tirado mucho dinero, no de nadie como piensan muchos sino todo lo contrario, de todos los españoles y que en momentos de crisis es un dinero que se necesita.

La realidad es absoluta, no existe dinero para sostener al actual Estado de las Autonomías con duplicidad de competencias y de puestos de trabajo. Muy a pesar de que estos 'duplicados' se tendrán que ir a la calle, pero con una visión y una idea: La razón por la que fueron contratados era inexistente.


Patricia Vico - en Twitter @pativico– Estrella Digital

Patricia Vico