Mandela: balance de un funeral
Los funerales de Nelson Mandela han sido tan apoteósicos que merecen una columna aparte. Más de cien Jefes de Estado o de Gobierno y el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Kimoon, dan para mucho. En algún momento preciso, cuando Barack Obama dio la mano a Raúl Castro, parecía que podría llegar a hablarse de la “diplomacia del funeral”, escenario de un hipotético mejor entendimiento entre los Estados Unidos y Cuba. En conjunto, los funerales han respondido a las expectativas de la santidad de este “teólogo de la reconciliación” en que han convertido a Mandela. El carácter multiconfesional de las exequias lo confirma.
Hay muchos hipócritas fans de Mandela que no soportan la disidencia dentro de sus propios países
Barack Obama ha aprovechado para soltar muy acertadamente en su discurso que hay muchos hipócritas fans de Mandela que no soportan la disidencia dentro de sus propios países. Por ejemplo Teodoro Obiang, de Guinea Ecuatorial, que estaba en el funeral. Algunos no se molestan en disimular, como en el caso de Israel, pues este país fue el principal defensor de la Sudáfrica del apartheid mientras esta existió. En ocasiones esta cooperación –pues no sólo se hacía la “vista gorda”- se fundamentaba en la existencia de unos lazos basados en una historia mística parecida entre la Sudáfrica afrikáner e Israel en torno a la fundación del país. Otros se han ausentado por motivos menos honrosos como el presidente de Sudan Omar al Bashir, encausado por la Corte Penal Internacional de La Haya y con riesgo de ser detenido.
Un perdedor directo en este funeral es el actual presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma dado que cada vez que su imagen aparecía por alguna parte era objeto de abucheos por parte de un público, en general, más festivo que entristecido. La juerga era tal que hasta el arzobispo Desmond Tutu, doctor honoris causa por la Universitat Pompeu Fabra, tuvo que llamar al orden. También el presidente de Ucrania, en plena convulsión de “Europeitis” del país, ha salido malparado, pues la encarcelada política Yulia Timoshenko ha aprovechado para publicar en todas partes una carta con el título “Reflexiones de una presa sobre Mandela”, recordando que hay otros presos políticos que solicitan atención y confiando en un futuro con una Ucrania como democracia europea. En definitiva, los funerales de Mandela han sido todo un acontecimiento internacional y han puesto el listón muy alto. Por cierto, que aquí también nos vendría bien una Comisión de la Verdad y la Reconciliación como la que hubo en Sudáfrica.