Malas noticias desde Bruselas
Europa, eso que todavía llamamos la Unión Europea, no es capaz ni de ponerse de acuerdo sobre un presupuesto que significa el 1% de su Producto Interior Bruto, de modo que ha aplazado a 2013 la aprobación de sus grandes cuentas para el periodo 2014-2020. Para que nos situemos en lo ridículo que es ese 1%, podemos tener en cuenta que el presupuesto federal de Estados Unidos equivale al 20% de su PIB. Veinte veces más.
Pero en esta Europa cicatera que abandera rebajas en los fondos de cohesión y en las ayudas agrícolas, no solo Grecia está abandonada, al borde de la quiebra económica y social, y el Reino Unido, más fuera que dentro del proyecto común. A España también le va mal, tanto por cómo se le aplican los recortes presupuestarios y las severas políticas de austeridad como por el trato político que se le da. En general, la pérdida de peso de España en Europa empieza a ser preocupante, máxime cuando se produce en vísperas de pasar a ser contribuyente neto a las arcas comunitarias.
España muy probablemente recibirá menos fondos regionales en el periodo 2014-2020
El relevo de José Manuel González-Páramo, exconsejero español del Banco Central Europeo, por el luxemburgués Yves Mersch revela, por ejemplo, muchas cosas y ninguna buena. Del mismo modo que el rechazo alemán a la entrada de España en la cúpula del llamado Mecanismo Europeo de Estabilidad, es decir, el fondo de rescate europeo que nos puede atornillar las tuercas.
Por si fuese poco, España muy probablemente recibirá menos fondos regionales en el periodo 2014-2020 -la única región que acabará recibiendo fondos de cohesión será Extremadura- y encima el comisario europeo de Política Regional, Johannes Hahn, parece tomárselo de coña cuando dice que "España recibirá menos porque ahora es más rica".
Pero no pasa nada: el presidente Rajoy se marchó "razonablemente satisfecho" de la cumbre de Bruselas.
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José Luis Gómez