La memoria activa de Yolanda González
Familiares, amigos y compañeros de Yolanda González, asesinada por Emilio Hellín el 2 de febrero de 1980, invitan a los madrileños a manifestarse en la Puerta del Sol el próximo día 13 de abril a las doce de la mañana.
La justicia de la causa que los moviliza es incuestionable: treinta y tres años después, el asesino sigue, en una trayectoria incomprensible en un estado democrático, ligado a los aparatos de seguridad del estado, trabajando para ellos y beneficiándose de una identidad y unas oportunidades que solo se comprenden cuando hay una complicidad que va mucho más allá de la relación puramente contractual.
Una parte de la sociedad está dispuesta a reivindicar una memoria activa que refleje el extraordinario dolor que causó aquel crimen
La convocatoria reivindica investigación, responsabilidades y justicia y pretende apoyar la iniciativa llevada al Congreso de los Diputados, que los grupos parlamentarios han convertido en proposición no de ley, para que se investigue y se depuren las responsabilidades que afectan a este verdadero caso de impregnación de las tramas negras en lo más profundo de la estructura policial.
La cuestión es que el olvido no es una opción. Y que frente al olvido interesado, una parte de la sociedad está dispuesta a reivindicar una memoria activa que refleje el extraordinario dolor que causó aquel crimen, y la necesaria exigencia democrática de colocar al culpable y sus conexiones en el lugar que le corresponde. Hellín, asesino, preso y prófugo, asistente del dictador Strossner, siempre ha contado con ventajas que solo se explicarían por su relación con el poder fáctico que sobrevive en la seguridad del estado.
El crimen que segó la vida de Yolanda González fue horrible por lo que supuso cortar una vida en plena juventud, por la intención nociva que pretendía sobre una generación de jóvenes estudiantes y trabajadores que se movilizaban por las libertades y contra leyes injustas, y por el siniestro entorno en el que germinó la maldad que lo llevó a cabo.
Iré a la concentración en la Puerta del Sol porque quienes allí se reúnan lo harán para reivindicar la dignidad de una memoria que sigue viva. E iré porque allí estarán sus familiares, sus amigos y compañeros, que dan con sus actos un ejemplo de decencia ética y política que se impone sobre este desagradable e irrespirable panorama nacional.
Rafa García-Rico - en Twitter @RafaGRico - Estrella Digital