Golpe a ETA

Decía Mario Onaindía -exmiembro de ETA condenado en el proceso de Burgos y que posteriormente evolucionó hacia posturas democráticas, militando primero en Euskadiko Ezkerra y después en el PSE- que "menos mal que en la lucha antiterrorista nos queda la Guardia Civil". Me acordé de esta aseveración de Onaindía al tener conocimiento en la tarde del domingo de la detención en el sur de Francia de Oroitz Gurruchaga Gogorza y de Xabier Aramburu. Al primero, el Ministerio del Interior le atribuye ser el jefe "militar" de ETA.

No estaría de más, aunque quizás sea demasiado tarde, que los medios de comunicación y los periodistas hagamos autocrítica respecto al lenguaje empleado para referirnos a ETA. ¿Qué es eso de definir a quien es lisa y llanamente un terrorista como el jefe "militar" de la banda? ETA no es un ejército por mucho que sus integrantes se consideren unos "gudaris" (soldados vascos). Pero lo mismo se puede decir cuando durante años se ha hablado de "comandos" para designar a los grupos de terroristas que se han dedicado a asesinar; o cuando se ha denominado "impuesto revolucionario" a los que es simplemente un chantaje. La batalla del lenguaje se perdió hace tiempo, pero al menos no convendría agrandar esa derrota.

Volviendo a las detenciones de estos dos etarras en Francia, las consideraciones que se pueden hacer son varias. La primera es que, a pesar de haber anunciado el pasado 20 de octubre un "cese definitivo en su actividad armada" (otra perversión del lenguaje), la banda terrorista ETA no solamente no se ha disuelto ni ha entregado las armas, sino que por lo que se cuenta desde el Ministerio del Interior, estos dos miembros de ETA podrían haber estado llevando a cabo en los últimos meses tareas de reclutamiento de nuevos terroristas.

Son muchos los que piensan que ETA no volverá a matar. Ojalá sea así. Pero mientras que la banda no se disuelva y entregue las armas, la labor de las Fuerzas de Seguridad del Estado es perseguir a los terroristas, detenerles y ponerles a disposición de la justicia para que paguen por sus crímenes. Esa labor la han venido desarrollando la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía de forma ejemplar desde hace bastantes años, incluso en periodos donde el Gobierno estaba negociando políticamente con ETA como fue el caso de la etapa de Zapatero. El ejecutivo del PP seguro que no está en esa clave negociadora, pero si lo está en continuar, por ejemplo en la política penitenciaria, el camino señalado por Zapatero y Rubalcaba con la denominada "vía Nanclares". Craso error, porque ETA y sus presos sólo entienden un lenguaje: el que se deriva de la aplicación del Estado de Derecho, de la persecución policial y del cumplimiento integro de las penas. Por eso, que razón tenía Onaindía cuando dijo lo que dijo sobre el decisivo papel de la Guardia Civil en la lucha antiterrorista.


Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.



Cayetano González