Fulgor y caída de Talegón

El resplandor de la socialista Beatriz Talegón ha durado muy poco antes de verse en medio de un incómodo torbellino de dimes y diretes cruzados con Ada Colau, líder social, además de mediática, de la Plataforma Afectados por las Hipotecas. Talegón saltó a la fama por reprochar a los dirigentes de la Internacional Socialista que hayan elegido el camino de los hoteles de cinco estrellas para ‘remover la revolución’ (sic), además de criticar los viajes en primera y los coches de alta gama, en un  discurso cuyos elementos de composición se limitaban a tales reproches.

El resplandor de Talegón ha durado muy poco antes de verse en medio en un torbellino de dimes y diretes cruzados con Colau

Lo cierto es que me cuesta creer que una dirigente socialista sea capaz de pensar que en la agenda de la IS se encuentra la voluntad de promover algún tipo de revolución, cuando, por ejemplo, como consecuencia de la llamada primavera árabe, se descubrió al gran público que los partidos que soportaban en el poder a los sátrapas, el Partido Nacional Democrático en el caso de Hosni Mubarak en Egipto o de Reagrupación Constitucional Democrática, del presidente Zine El Abidine Ben Ali, en Túnez, pertenecían a ella y sólo como consecuencia de la protesta social del pueblo, y supongo que de un bochornoso ataque de vergüenza, fueron expulsados.

Seguramente Beatriz Talegón, liberada en la oficina de Viena de la IUSY, no pensaba en ello cuando se animó al discurso, como seguramente no pensó que el éxito mediático de su intervención en Cascais no tenía por qué tener la simpatía de los sectores sociales que actúan con mayor contundencia contra los efectos de las hipotecas, ya que ellos llevan años luchando en ese tema – eso es una verdad, se esté de acuerdo o no con su actuación –, y seguramente tampoco pensó en que su improvisada participación en una marcha más de las muchas que ellos realizan, en el momento de mayor iluminación de su ‘carrera’, conseguiría convertir su luz en eclipse y que acabaría abocada a ir al edificante programa La Noria con intención de discutir vívidamente con Ada Colau, cuyas formas son quizá más imprecisas pero su discurso es el producto de una idea defendida con ahínco en la dificultad.

Este paradójico hecho –  el de empezar por ir a apoyar y terminar siendo un ariete contra la portavoz del movimiento – puede que tenga que ver con la poca construcción política que hay en la actitud de la joven socialista, la falta de profundidad en los contenidos de su ‘discrepancia’, y la efímera sustancia que compone el momento estelar de su popularidad.

Debería actuar en conciencia y con contundencia, aprovechando las oportunidades de su privilegiada posición política

Más que un peregrinaje por los medios, si Beatriz Talegón creé sinceramente en un cambio estructural, que no sea tan bobalicón como el hecho de decepcionarse porque los lideres hereditarios de la Segunda Internacional no remueven la revolución (sic), debería actuar en conciencia y con contundencia, aprovechando las oportunidades de su privilegiada posición política, para elaborar una propuesta más seria y rigurosa, explicarla y desarrollarla con convicción y eficacia, y apoyar el cambio necesario en el que se supone que cree.

De lo contrario, el efecto boomerang que ha activado inconscientemente, y que iba implícito en el contenido de su discurso en el medio en el que lo hizo, terminará por extenderse al conjunto de los españoles, que la habrán visto pasar como un bólido que surca la bóveda celeste para terminar dándose un golpe certero contra la tierra, como ha pasado esta misma semana y como volverá a pasar, sin duda posible, como no elija una mayor prudencia y un discurso más elaborado.

Ya hemos dicho en muchas ocasiones que la madurez social de los españoles crece en proporción inversa a la ingenua insistencia de algunos políticos en hablar a la gente con frasecitas y gestos estéticos, tan propios de tiempos cercanos pero pasados, y también de personajes afortunadamente lejanos y muy pasados.


Rafa García-Rico - en Twitter @RafaGRico - Estrella Digital

 

Rafael García Rico