España corrupta

De Norte a Sur y de Este a Oeste. Así es. En partidos e instituciones, en gobiernos centrales y ayuntamientos. Da igual el grado, da igual el estamento. De todos los colores y en todos los partidos. España está corrupta.

Hay que ver la facilidad que los políticos tienen para encontrar el camino al engaño, robo y cobro de comisiones

La semana pasada, horas antes de que saltase a la luz el escándalo de Luis Bárcenas, me preguntaba, y así lo denunciaba en el último artículo de opinión, qué pasaba con aquellos cargos con responsabilidad política y por tanto pública que se habían acogido a la amnistía fiscal. Pedía al ministro Montoro que por favor exigiera responsabilidades e investigara la procedencia de dicho dinero. A las 24 horas tenía mi respuesta. El escándalo ya estaba servido en bandeja.

Aun con la triquiñuela de acogerse a la amnistía fiscal a través de una sociedad y no con el nombre propio de Luis Bárcenas. Con la guerra abierta entre Hacienda y abogados defensores ¿a nadie del Gobierno se le pudo pasar por la cabeza de que un caso así podría saltar a la luz? Bien es cierto, que ya de por sí la famosa y discutida amnistía fiscal es bastante escandalosa. La realidad es que nuestro sistema está ya demasiado corrupto. Es verdad que en muchas ocasiones tarde o temprano la liebre salta a la luz, pero antes de que salte, hay que ver la facilidad que los políticos tienen para encontrar el camino al engaño, robo y cobro de comisiones, todo en aras de la más absoluta ilegalidad.

El caso de Bárcenas dejó en un segundo plano a la sorprendente compra del ático de Ignacio González. ¡Qué suerte que tuvo el presidente de rebote y no electo de la Comunidad de Madrid! Le salió la faena bordada; apenas se habló de él y encima ya tiene el famoso pisito a su nombre.

Por favor, señor ministro, que paguen ellos una gran tasa de Justicia

También pasó sin pena ni gloria otro caso. De sospechosa apariencia y que hace plantearse a una si es que se quieren reír en nuestra cara sin el más mínimo disimulo ni vergüenza. Carmen Cafranga era nombrada presidenta de la Fundación de CajaMadrid. ¡Vaya casualidad! La exsocia de la mujer de Ignacio González. Está claro que ellos mismos cocinan y se reparten el pastel. Y que al final se les puede definir como una especie de secta que corrompe todos los sectores allá donde se asientan, sin moralidad ni escrúpulos con el único objetivo de conseguir más y más.

Visto lo visto, le voy a dar una idea al señor Gallardón. A todos aquellos políticos o cargos públicos que han cobrado de manera ilegal mediante sobres en gasolineras (no, no me olvido de ti, Pepiño), en cúpulas directivas, en EREs andaluces, en mítines, construcciones, fiestas varias, etc, etc, etc. Por favor, señor ministro, que paguen ellos una gran tasa de Justicia, que nos deje exentos a los demás, que al fin y al cabo lo que se han llevado es el dinero de todos los españoles.


Patricia Vico - en Twitter @pativico– Estrella Digital

Patricia Vico