Entre el colapso y la dilución
Alguien podía pensar que con el rescate de las Cajas de Ahorro controladas por el PP a costa de los ciudadanos (de su salud, de su educación, de sus vidas) y con la incautación y requisa de los ahorros de los particulares que previamente aquellas se habían apalancado mediante una fraudulenta operación de despojo masivo, el Gobierno había tocado fondo, pero incluso ese alguien optimista, o criado por sus padres en los principios de la decencia, la honestidad, la probidad y el decoro, reconoce hoy que no, que no había tocado fondo, pues salvo que en las últimas horas el Boletín Oficial del Estado haya publicado la noticia de su dimisión, y la convocatoria de elecciones generales, ahí sigue, cayendo y cayendo, y arrastrando consigo en su caída hacia un fondo abisal, sin término, a los españoles.
No hay Estado digno de ese nombre, ni presidente, ni república ordenada, ni propuesta política que evite el colapso y la dilución
Si en España hubiera un Estado como entidad nacional permanente y superior a los albures de los gobiernos de turno, e independiente de ellos, es decir, un verdadero Estado amparador de todos los españoles y de su riqueza conjunta, habría también un presidente, que lo sería de la república ordenada que lo rigiera, que, ante la situación de extrema gravedad social, económica y política creada por el actual Gobierno, llamaría a consultas a los agentes sociales, a todos, partidos, sindicatos, universidad, movimientos ciudadanos, judicatura, prensa, comerciantes, intelectuales, empresarios, a fin de buscar soluciones que propiciaran, cuando menos, detener la hemorragia, poner término al sufrimiento material y moral de la gente, devolver la seguridad jurídica, restaurar el imperio de la ley y, sobre todo, encauzar la desafección general hacia la clase política y dirigirla a un propósito positivo y regenerador. Pero no hay Estado digno de ese nombre, ni presidente, ni república ordenada, ni propuesta política que evite el colapso y la dilución.
No se puede gobernar contra las personas por mucha mayoría absoluta que se tenga, bien que obtenida del mismo modo que las Cajas comercializaron las Preferentes, con engaños. El "caso Bárcenas", que es el "caso PP", que es el caso del actual sistema, no es sino la gota que colma el vaso del hartazgo de la ciudadanía, que ya no se resigna al grosero simulacro de la democracia, sino que exige la democracia real, transparente, garantista, limpia, por puro instinto de supervivencia.
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.