El hacker argentino
Sin duda, el caso Urdangarín se está convirtiendo en un sainete. Pero en su tercera acepción del diccionario. En esa que define la cosa como 'Situación grotesca y ridícula'.
El problema es saber si el sainete es real (y no va con segundas) o lo está escribiendo cada día una mano invisible. Porque a veces da la sensación de que alguien está escribiendo el guión para liarlo más y que todo termine en una situación grotesca y ridícula que haga reír a los españoles, cuando la cosa es muy seria.
Pascual Vives habría, supuestamente, contratado al hacker para abrir los correos que contenía el 'pendrive' de Pitiusa
Ahora, como éramos pocos, la abuela parió un hacker argentino llamado Matías Bevilacqua que es la pera limonera en esto de los ordenadores. Y junto a este personaje ha aparecido un 'pendrive' perteneciente a la Operación Pitiusa, en la que se vieron implicadas varias agencias de detectives de Barcelona. ¿Detectives? ¿Barcelona? ¿De qué me suena a mí esto? Ah, ya al escándalo Método 3.
(Para refrescar la memoria sólo diré que la Operación Pitiusa descubrió una trama que extraía datos confidenciales de ciudadanos y empresas y los vendía para realizar informes en mayo pasado).
El tema es que el 'pendrive' del caso Pitiusa contenía información del caso Nóos y era propiedad del tal Matías Bevilacqua. ¿Casualidad? No lo sé. Pero, agárrense que vienen curvas, porque Matías Bevilacqua hacía trabajos para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Desde luego, si lo está escribiendo un guionista, es un tío genial. Graham Green a su lado era un aprendiz.
Pero ahí no acaba la cosa. Según el argentino ese dispositivo electrónico se lo había proporcionado el abogado de Iñaki Urdangarín, Mario Pascual Vives. ¿Cómo? Comiendo. Pascual Vives habría, supuestamente, contratado al hacker para abrir los correos electrónicos que contenía el 'pendrive' de Pitiusa y elaborar con ellos 'un mapa' que le sirviera en su estrategia de defensa de Urdangarín.
¿Y de quien eran los correos? Hasta ahora sólo se sabe que eran del servidor informático del despacho de abogados Medina Tejeiro, familiar de Diego Torres, el ex socio de Urdangarín, y el despacho que, curiosamente, "llevaba las cuentas y la fiscalidad de la empresa Nóos y de Urdangarín y la Infanta Cristina". Increíble. No me digan que no es una comedia de enredo.
Los diez mil correos extra que consiguió recuperar de más eran los que estaban borrados
También se sabe que el argentino, como es un lince, ha recuperado 30.000 correos, diez mil más de los que constan en la causa. ¿30.000 ha dicho? Treinta mil. Ni uno más ni uno menos. Pero ¿cómo 30.000? ¿Qué se pasaban el día entero enviándose correos? Se desconoce ese dato. Pero parece ser que sí.
Y ahora viene lo bueno, los diez mil correos extra que consiguió recuperar de más eran los que estaban borrados. El tipo aplicó técnicas de recuperación de correos electrónicos borrados y, según cuentan, son muy sustanciosos. Suponemos que por eso los borraron. Hecho, de paso, que ha llenado de inquietud a todo el mundo. No somos nadie.
¿Qué dicen esos correos recuperados? ¿Se quedó el hacker con alguna copia? ¿Se publicarán en breve? No se sabe. Pero permanezcan atentos a la pantalla...
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
La sonrisa de la avispa