Cifuentes: no condene, evítelo

La delegada del Gobierno en Madrid ha dicho que “condena” la agresión ultra que acabó con un fallecido tirado al Manzanares este domingo. ¡Menos mal! ¿Alguien imagina que no lo condenara sino que lo aplaudiera? Pero es que a Cristina Cifuentes, que es la tal, se le paga para que lo evite, no para que lo condene. El domingo, la Policía que dirige y con la que se apunta a las medallas, cometió una grave negligencia en Madrid.   

El domingo, la Policía que dirige y con la que se apunta a las medallas, cometió una grave negligencia en Madrid

Madrid Río, además de una idea elefantiásica de Gallardón, es un lugar de esparcimiento de Madrid. Donde van los deportistas a correr o montar en bicicleta por las mañanas y por la noche, las familias cuando ya el sol calienta. Ver un parque de esparcimiento convertido en campo de batalla no solo espeluzna, sino que indigna. Y alguien tendrá que responder por ello.

¿Cómo es posible que dos autobuses repletos de macarras violentos, y otros cerca de 200 ultras armados hasta los dientes se muevan por la ciudad sin que nadie se entere? Lo que servidor condena es la incompetencia.

Casualidades de la vida, la noche anterior la delegada de Gobierno más famosa y fashion de la historia de la democracia española se sometía a una entrevista-exaltación en Tele 5. Los compañeros ensalzaron su independencia de criterio, el valor al reponerse de un accidente de tráfico (acaecido en el verano de 2013), y que haya afrontado “más de dos mil manifestaciones” en Madrid en 2014. Perdón, los que las han afrontado han sido los madrileños. Con gran sufrimiento. Y poco apoyo de la delegada del Gobierno.

Del mismo modo que cerca de 300 ultras armados hasta los dientes se escurrieron de cualquier control y se liaron a golpes en un parque infantil, el 22-M otros tantos incontrolados violentos encerraron y masacraron a policías entrenados en la lucha antidisturbios. No parece difícil en Madrid escapar a cualquier control y liarse a palos con quien sea.

Este año que termina ha sido bastante glorioso para la Policía, con medallas a tutti plen. Las últimas, las correspondientes a la detención de un pederasta que tuvo medio año aterrorizado a Madrid. La delegada lo llamo “el enemigo público número 1” pocos días antes de la detención. También se condecoró a los miembros de las Unidades de Intervención Policial (UIP) apaleados el 22-M en otro caso grave de incompetencia policial sucedido en Madrid, en una especie de consolación para que no fueran más lejos en sus denuncias por la actuación de los mandos el 22-M.

Madrid es una ciudad compleja, en la que en la noche se manifiestan los del “pan, trajo y techo”, y a la mañana siguiente se plantan dos autobuses de cafres dispuestos a dejarse la femoral pelando con otros siniestros. Y eso a solo un kilómetro de un barrio con fuerte implantación musulmana, que tampoco está lejos del epicentro de la Administración del Estado, vecino a donde viven las mayores fortunas del país, que a su vez... En Madrid hay niños, joyeros, ciudadanos, estadistas, expresidentes, cafres, tomadores del dos, terroristas potenciales, enfermos del ébola, chicas morenas que pasean perros, chicos rubios, manifestaciones, partidos de fútbol, baloncesto, rubby y hasta petanca, el Rastro, aquel al que le han robado la bici, el que la quiere robar, pastillas, droga, alcohol, aluniceros, usureros, desahuciados, nazis, fachas, anarcos, nostálgicos del GRAPO y, sobre todo, una inmensa mayoría de ciudadanos que merecen, y pagan para, estar tranquilos.

Una inmensa mayoría de ciudadanos que merecen, y pagan para, estar tranquilos

Lo menos que merecen es que alguien se ocupe de ellos, no de la telegenia.

Joaquín Vidal