¿'Battlefield 4'? 3.5 y gracias

Insultados. Así es como se sienten en el día de hoy muchos de los usuarios de Xbox One con una copia de Battlefield 4. Y no es para menos viendo que ayer por la tarde Electronic Arts y DICE confirmaron, mediante una nota de prensa, que habían tenido a todos los compradores de su obra trabajando para ellos de manera gratuita. ¿De qué? De beta testers, cómo no.

En las oficinas de la gigante norteamericana debieron pensar que para qué costear un control de calidad al producto de uno, pudiendo lanzarlo al mercado y esperar a que lo hagan los propios consumidores.  No hubo valor suficiente para llamar a las cosas por su nombre y la compañía, en su anuncio, se limitó a prometer reembolsar el dinero a todos aquellos usuarios Premium del juego. El motivo de la broma es el pésimo rendimiento ofrecido por los servicios multijugador de la nueva entrega de la conocida franquicia bélica, para colmo uno de los títulos más vendidos del último mes y una de las piedras angulares del lanzamiento de la next gen. 

Texturas que bailan en la distancia, pérdida gradual o total del sonido en determinadas zonas de casi todos los mapas, recurrentes salidas de la partida y del propio juego a diario por inexistentes fallos del cliente, bugs, un netcode insultante, congelaciones... La lista de fallos se amplía según pasan los días, haciendo que uno se pregunte cómo es posible que en la desarrolladora no vieran los fallos y por qué las revistas de videojuegos no informaron sobre los mismos en los análisis.

 Quizás afirmar que se ha trabajado gratis se queda incluso corto. Al fin y al cabo, a los usuarios Premium se les reembolsará el dinero de la suscripción extra y no el del juego completo. Por tanto a los que adquirieran únicamente el juego, no se les devolverá dinero alguno. Entonces solo cabe concluir que hemos pagado para, durante el mes y medio que lleva Battlefield 4 a la venta, hacer de beta testers localizando los fallos de un producto inacabado y probando los límites de nuestra paciencia.

Desde el momento en el que DICE, quien comparte la autoría del crímen, decidió ponerse a corregir los fallos y paralizó el resto de trabajos que tenía entre manos (entre los que recordamos que se encuentran Mirror's Edge 2 y Star Wars Battlefront), las cosas se tornaron sospechosas. Las actualizaciones han empezado a sucederse sin demasiado éxito y los eternos parches de gigas y gigas de contenido ya se avistan en el horizonte, aunque para fiarse. A estas alturas para arreglar semejante desaguisado habría que sacar una nueva versión (esta vez terminada) del título y regalarla a todos los compradores del actual pseudo-prólogo, pero obviamente, y debido al dinero que eso le acarrearía a Electronic Arts, que recordemos que fue elegida como peor firma en América durante los dos últimos años, hay que echarle fe.

La reputación de la saga ha quedado a la altura del barro y los foros oficiales del título están a rebosar de hilos pidiendo que se devuelva de forma íntegra el dinero invertido en un producto al que parecen quedarle seis meses de desarrollo. Una lección más para un público que aún confía en las marcas que sacan una entrega cada uno o dos años. Que a algunos se les empiece avenir a la mente Alien Colonial Marines, posiblemente el mayor fracaso de la generación en cuanto a errores, afectará no cabe duda a un hipotético Battlefield 5, que esperemos que pase mucho tiempo en el tintero.

Detrás de todo se encuentra además EA, quien marcó los plazos en los que debía acabarse el proyecto. Si bien su aparición no exime de toda responsabilidad a DICE, acapara la gran mayoría. Hace un año se encargó de meter la tijera en el guión de Mass Effect 3, con un resultado que fue corregido meses después mediante un segundo final de descarga gratuita (y hay ejemplos de tijeretazos suyos en desarrollos y guiones mucho anteriores, como los dados en Shadows of the Damned). Definitivamente, las prisas nunca fueron buenas consejeras. Y Electronic Arts, tampoco.

¿Aprenderemos esta vez?

David Arroyo