Bankia
Ya se están produciendo las comparecencias en la Comisión de Investigación del Congreso sobre el ‘caso Bankia’. Ya era hora.
Desde el primer momento pensé que el Gobierno, entre los muchos errores de apreciación que está cometiendo, había llevado a cabo uno bastante imperdonable al no permitir que se pusiese en marcha en el Congreso una comisión de investigación política sobre lo ocurrido en el ‘caso Bankia’ desde el primer momento. Algo que pasa en todos los Parlamentos del mundo. Era muy importante saber qué había ocurrido y por qué. Sobre todo en los tiempos del Olvidable ZP que fue cuando se produjeron las fusionas frías, templadas y calientes de las cajas de ahorros y cuando la CNMV y el Banco de España permitieron que Bankia entrase en Bolsa. Porque en la Bolsa española no entra cualquiera si no se pasan unos controles rigurosísimos por parte de Organismo encargado de supervisar e inspeccionar los mercados de valores españoles y por el Supervisor del sistema bancario español.
¿Qué pasó para que estos dos organismos, provistos de todos los medios técnicos y humanos, permitieran el atropello? ¿Qué ocurrió después para que el ‘caso Bankia’ se convirtiera en la pócima del más importante del acoso político que ha recibido este Gobierno por parte de la oposición? Era y es muy importante saberlo.
Si sería un error grave aquella decisión, que permitió a UPyD judicializar el tema para sacar rédito político pese a lo que ello lleva consigo. Sobre todo, cuando el asunto le ha caído a un juez de la Audiencia Nacional, capaz de hacer cualquier cosa. De hecho, nada más admitir a trámite la querella, se lió a imputar a gente casi indiscriminadamente. A más famosa fuese, mejor. Con lo que el ‘caso Bankia’, en lugar de caminar por la senda penal correcta de la Fiscalía que ya había abierto una investigación, saltó todas las talanqueras y contribuyó a echar más leña a la hoguera del escándalo político-financiero en el que estamos metidos.
Ahora, según parece, el juez Andreu está dispuesto, incluso, a hacerse cargo de Bankia, lo que ya sería la pera limonera. Eso sí, Rosa Díez está encantada de haberse conocido. Al final, como era lógico, el PP tuvo que claudicar y permitió la Comisión. Y a esa Comisión han empezado a llegar, como decía, los primeros convocados. Pero mi gozo en un pozo al oír al último gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) que, por cierto, no está imputado por Andreu. En su comparecencia, se ha comportado como si la cosa no fuera con él y le ha echado la culpa de todo a los gobiernos de José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Es más, si le hubiera dado tiempo, hubiese terminado remitiéndose a Don Pelayo.
Alucinante. Y, encima, se ha ido de rositas. Ni siquiera le han puesto colorado. Me niego a pensar que las Comisiones de Investigación política en España sólo le sirven a la izquierda y a concluir que, si la derecha no permitía la creación de esta Comisión, era porque no sabía qué hacer en ella.
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La sonrisa de la avispa