Ambición

La semana pasada, la titular de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, anunció una de las principales medidas destinadas a los emprendedores que baraja su ministerio: implantar una cuota de 50 euros en las cotizaciones sociales que deben abonar los nuevos autónomos durante los seis primeros meses de actividad. Eso sí, queda reducida a los menores de 35 años. Además, la ministra adelantó que aquellos hombres de hasta 30 años y las mujeres de hasta 35 mantendrán una reducción del 30 % en sus cuotas sociales durante los dos años siguientes.

Según explicó Báñez en el irónico marco de la celebración del cuarenta aniversario de la Confederación Europea de Sindicatos –y digo esto porque no se han destacado las principales plataformas sindicales españoles por apoyar o fomentar precisamente el autoempleo ni a la juventud–, el objetivo de este paquete de medidas es mejorar la empleabilidad de los jóvenes, sus capacidades emprendedoras y, en teoría, la promoción de iguales oportunidades para todos, a pesar de que, en la praxis, serán unos pocos quienes se beneficien de estas ventajas.

No es una medida de impacto estructural sino un simple parche que servirá para maquillar las estadísticas de unos pocos meses

En todo caso, no seré yo quien se oponga a esta iniciativa ministerial. Es más, creo que es más que necesaria. Sin embargo, mucho me temo que, de nuevo, no se trata de una medida de impacto estructural sino un simple parche que servirá para maquillar ligeramente las estadísticas de unos pocos meses. Y, tras disiparse el efecto, volver a la actual y dramática situación.

Desde esta columna, animo al departamento que conduce Fátima Báñez a la ambición. ¿Por qué no hacer extensiva esta medida a todos los colectivos, sin importar su edad? ¿Por qué no aliviar las maltrechas cuentas de los millones de autónomos de este país reduciendo sus cotizaciones mensuales a 50 euros y no limitarla únicamente a quienes ponen en marcha un negocio? ¿Por qué no aplicar esa reducción bianual del 30 % de la cuota social a todos los cuentapropistas y sin límite temporal? ¿Por qué no apostar por una presión fiscal mucho más liviana?

Ambición, señora ministra, ambición. España tiene 6 millones de desempleados y una situación económica calamitosa. Apueste por medidas estructurales, de calado, que persigan el cambio de modelo productivo. No debe temblarle el pulso en que todos los colectivos, sin distinción, puedan beneficiarse de estas iniciativas porque así, valga la redundancia, nos beneficiaremos todos. Sus propuestas son adecuadas –aunque no suficientes– y pueden tener un efecto moderadamente balsámico en las cuentas del país. Por último, recuerde que, entre otros, los autónomos británicos y holandeses no tributan más de 50 euros mensuales. Y ello a pesar de que las economías de sus respectivos países no están en un momento boyante aunque, es cierto, se encuentran en una coyuntura más favorable que la nuestra.

Gorka Labarga-Estrella Digital

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Gorka Labarga