Ada Colau

Ada Colau es la nueva líder de la progresía. Acabáramos. O eso dice ya su acorazada mediática. Al parecer, su liderazgo se basa en 1.500.000 firmas. O eso dicen. Nadie lo ha comprobado, así que vaya usted a saber cuántas firma son. En cualquier caso, yo me lo creo no vaya a ser que Ada me pegue a mí también otro 'esportón de voces', como dicen en mi pueblo. Menudo carácter. Lo suyo es tan vehemente que, dentro de poco, alguien la llamará 'La Pasionaria del siglo XXI'. La izquierda es así. Porque lo suyo es de una violencia verbal que recuerda los buenos tiempos de la Ibarruri. Yo, en cambio no creo que llegue ni a Belén Esteban. Es una opinión personal. Aunque por pegar voces que no quede. Hay gente que piensa que por ser violenta verbalmente, lleva más razón que nadie.

Porque lo suyo es de una violencia verbal que recuerda los buenos tiempos de la Ibarruri

Lo que no sé con seguridad es si todos los ciudadanos que firmaron (desconozco, insisto, si fue un millón y medio porque nadie me ha dicho el número exacto) querían que los representasen la panda de energúmenos que no respetó las leyes de la democracia y montó pollo en el Congreso. Y que, incluso, llamó asesinos a los representantes del pueblo español. A los políticos que se votaron hace poco más de un año por todos los españoles. Debe ser que en España sale barato insultar a los que, de verdad, nos representan. Qué triste. Que falta de respeto. Así nos va.

Lo que no sabe esta Ada Colau, que llamó 'criminal' a uno de la banca y quería tirarle un zapato a un parlamentario (muy al estilo de la tropa de la Primavera árabe), es sólo un juguete. Que han jugado con ella y se lo ha creído. Que le han dado su minuto de gloria y ella, acostumbrada a la política asamblearia, se ha creído alguien importante. Dentro de nada será un juguete roto que rogará 10 segundos en los telediarios diciendo estupideces. Al estilo, como dice Carlos Herrera, de Willy Toledo.

Han jugado con ella y se lo ha creído

Y digo esto porque, en su soberbia, ya habla de su Movimiento. 'Mi Movimiento', dice. Y quiere bajar a la tribuna del Congreso para defender (y no sé si para lanzar algún zapato) su iniciativa porque el simple razonamiento que era suya. Alucinante. Y como no la dejaron defenderla a su estilo, dijo que la democracia es muy limitada y había que cambiarla. Supongo que para que hable ella.

Ada, tía, no te lo creas. No eres nadie. No representas a nadie y, me temo que, aceptando tu iniciativa, te han cortado las alas. De hecho, tu propia gente te rematará, dicho sea en sentido figurado. Y tu Movimiento morirá como mueren todas las exageraciones.

Lo que tú propones sí que es una democracia limitada. Más bien una democracia mira-ombligo, ya que te crees el centro del universo porque has salido en unos cuantos telediarios. Estás tan crecida que no te das cuentas que tus teorías son antiguas.

Suenas a demagogia barata y casposa. En cualquier caso, yo te aconsejaría que te organizases y te presentases a las próximas elecciones. Ahí donde se cuentan las papeletas de verdad. Una a una y no a voleo como has hecho tú. Y si sois tantos que ganáis, yo aceptaré el resultado electoral. Mientras, no vengas con monsergas.

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La sonrisa de la avispa