martes, abril 16, 2024
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Villarejo a Cospedal: «En Galicia llueve mucho, pero chitón»

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José Manuel Villarejo está arruinando lo que de bueno hiciera por la policía. Pretende lo imposible. Graba a su amigo Ignacio López del Hierro, y a la esposa de su amigo, Dolores de Cospedal.

Les encandila con grandes secretos el 21 de julio de 2009: Bárcenas está cabreado con el PP. Ohh. Cospedal necesita tal aviso para saber que le odia cuando ella lo ha empujado fuera del aparato financiero del PP desde que llegó al cargo de secretaria general en 2008 y, para colmo, ya está en la prensa como un apestado de corrupción. 

En febrero de 2009 una diligencia de Garzón difunde que ha pedido que se investigue al aforado Luis Bárcenas. Y el Supremo dice en junio de 2009 que hay indicios para investigar a Bárcenas. El 17 de julio, el magistrado del Supremo Francisco Monterde cita a declarar, en calidad de imputado provisional, a Bárcenas, para el 22 de julio.

Total, que el 21 de julio de 2009, Cospedal, sin duda alguna, alimenta la sensación de que Bárcenas está contento con el partido en vísperas de declarar como imputado por la financiación del PP.  Tan contento que dimite seis días después de declarar. Sólo un hombre sabía que Bárcenas no estaba contento con el PP el 21 de julio de 2009, pero para eso hacía falta ser agente encubierto. Y eso no está a la altura de cualquiera.

Y, en parte, Bárcenas estaba en los papeles como presunto corrupto gracias a una copia de las diligencias de Gürtel que Villarejo se jactaba de haberse quedado. Los datos que Villarejo le da al matrimonio Cospedal-López del Hierro son  de gran fuste: en el tema de Bárcenas «hay mucha chicha», (olé por el dato preciso filtrado) «en el PP hay un topo, pero no sé su nombre», «van a implicar a González Pons», pero nunca fue imputado, «en las grabaciones sale el nombre de Zaplana», que entonces no afloró.

Queda por ver si cuando aconseja que Vicente Cotino rompa papeles su implicación era un secreto para el sobrinísimo…Igual algo era cierto de todos los supuestos chivatazos que disparó. Tomar copas con un amigo hoy fusilado por sus audios, José Luis Olivera, jefe de la UDEF, daba para mucho.

Le toca explicar a Cospedal si luego contrató a Villarejo para «trabajos puntuales». Pero no sé si habría que denunciar a Cospedal por complicidad en revelación de secretos de un funcionario público, a lo peor a esa hora del día sólo era detective privado, o asesorarle jurídicamente sobre qué es delito de estafa.

Pero el asunto pasa de información sensible a información risible cuando explica Villarejo a Cospedal que los suyos han intentado destruir sin éxito un pendrive que contenía la contabilidad de Gürtel. ¿Todos los informáticos de la policía de y las empresas de Villarejo son incapaces de destruir un pendrive? ¿Han probado a meterlo en un vaso de agua? Le faltó al comisario un punto más de fabulación: «hemos disparado a Bárcenas, la bala tuvo una trayectoria mágica pero menos eficaz que con Kennedy.»

Pero al día siguiente de la filtración llega el comunicado de Villarejo. El club de la comedia entra en juego. Y deja las cosas claras: cuánto hizo el comisario con Cospedal tuvo la aprobación de sus superiores. Es decir, el entonces ministro socialista de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quiso que el comisario Villarejo, a sus órdenes a tiempo parcial, filtrara al PP las pesquisas que su departamento hacIa contra dicho partido rival.

Rubalcaba ha sido objeto de múltiples acusaciones de filtraciones policiales partidistas por el PP. Pero nunca llegó nadie tan lejos. Rubalcaba filtró sumarios al PP. Será taimado. ¿Qué pedirá antes Casado? ¿La dimisión de Cospedal o la de Rubalcaba?

 

Francisco Mercado – Carta del director

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