Este jueves pasado, en el debate de Investidura, el «enfant terrible» de la política y del Parlamento español, Pablo Iglesias, aquel que gusta de asustar a la burguesía española y que, quizás, se reencarnaría con gusto en Robespierre para hacer rodar cabezas, sobre todo socialistas, aunque solo fuese con una guillotina virtual, mandó deberes a Albert Rivera para que éste buscase en Google la Cruz de Borgoña.
Algunos lo han buscado por su cuenta. En la sección de «Verne» de la versión digital del diario «El País» se explica el origen borgoñón de esta enseña traída a España por los Habsburgo con Juana «la Loca» y Felipe «el Hermoso».
Recoge asimismo la información que esta cruz en forma de aspa, o de cruz de San Andrés, fue pintada en la Guerra Civil por las fuerzas rebeldes en sus aviones para distinguirse de los de la República que ostentaban su bandera tricolor. No recurrieron los insurrectos a la bandera rojigualda, sino que se dio la orden en agosto de 1936 de pintar esta equis negra sobre fondo blanco.
¿Pintaron esquemáticamente la cruz de Borgoña o pintaron solo una equis, luego ennoblecida, que recuerda la cruz gamada, también negra y sobre fondo blanco, que identificaba al régimen nazi que ya imperaba en Alemania?
Ésta simbología sigue pintada en los aviones de nuestro Ejército del Aire, costeados con nuestro dinero a pesar del sentido común y de la Ley de Memoria Histórica. En los de transporte de dicho Ejercito pasean con este signo nada menos que al Jefe del Estado y a las Autoridades elegidas por nosotros. ¿Tampoco esto va a cambiar?
Carlos Miranda
Embajador de España
Carlos Miranda