jueves, abril 18, 2024
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Promesas del Este

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Año 711 de nuestra era. Un “pacifico “ejército musulmán ha invadido la península Ibérica. Desafortunadamente para ellos y para la cultura occidental, un grupo de cristianos recalcitrantes-modo irónico-,  al mando de un tal Don Pelayo, se atrinchera en Covadonga y detiene la invasión completa del país.

Año 732 de nuestra era. Envalentonados, los ejércitos musulmanes invaden Francia. Allí, Carlos Martel-“martillo” por más señas-, rey de los francos, le propina un importante revolcón en la batalla de Poitiers. De momento, la expansión del Islam en Europa, está detenida. Pero entonces lo intentan por otro flanco. Uno muy importante. La perla de oriente: Constantinopla-actual Estambul, que como pueden ver fue cristiana durante siglos hasta la conquista musulmana en 1453 -no se te olvide Erdogam-.

La antigua Bizancio, reformada y engrandecida por el emperador Constantino, domina todo el Mediterráneo. Son los restos del antiguo imperio romano; un bocado apetecible para una cultura que ya ha conquistado el Magreb y casi todo el Oriente próximo.

El 25 de Mayo del 717, es coronado Emperador cristiano León III, el Isaurio. Ese verano un formidable ejército de doscientos mil moros, cerca Constantinopla, al mando del Almirante Solimán y el General Maslama. El Emperador se ve perdido y con él los últimos restos de la cristiandad. Si cae Constantinopla, los musulmanes abrirán las puertas de Europa por Oriente. Por eso, solicita ayuda a la cristiandad.

Solo responde un hombre, un Rey. Se trata de Kan Telves, emperador de los búlgaros. Ha estado en guerra con los bizantinos, pero comprende que el destino de Europa depende de que Constantinopla no caiga en manos de la nueva amenaza, así que decide acudir en ayuda de su enemigo ¡Curiosidades de la historia! A veces es mejor unirte a tu enemigo si eres un hombre con visión de futuro.

Kan Telves dirige un ejército formidable, con una caballería ligera temida por todo el mundo y una infantería compuesta por eslavos rubios de ojos azules ¡Imaginen treinta o cuarenta mil porteros búlgaros viniendo hacia ti! De los grandes que eran dan fe las palabras de Solimán: ´´Los búlgaros son gente muy grande. Un soldado búlgaro vence fácilmente a diez árabes armados, su caballería es como una tormenta, nos tuvieron en asedio por 8 meses y nuestros hombres acabaron comiéndose a los caballos. Perdonaron la vida solo a aquellos que se rindieron´´

Kan Telves cae por la retaguardia de los moros, pero estos resisten este primer envite en un invierno terrible con nevadas continuas. Por fin, los búlgaros derrotan a los moros tras enormes sacrificios y feroces combates. Fuentes de la época, hablan de casi treinta mil musulmanes masacrados. La ciudad ha sido liberada y Europa se ha salvado. Los contemporáneos llamaran a Kan Telves “el salvador de Europa”.  León III, agradecido, da el título de Caesar, es decir Cesar, Emperador de los Búlgaros. Desde entonces, todos los reyes de Bulgaria lo han llevado con orgullo.

Siglo XXI. Han pasado cientos de años. Los países del Este de Europa se niegan a seguir las directrices de la Unión Europea dictadas por Alemania y cierran las fronteras ante la “invasión” de miles de refugiados e inmigrantes musulmanes.

De nuevo, sus gobernantes alertan del peligro que supone para Europa una quinta columna de millones de personas de fe islámica en una Europa de tradición mayoritariamente humanista y cristiana. Desde aquellos lejanos países, nos llega su promesa de que ellos no permitirán que Europa se transforme en musulmana.

La historia, a fuerza de repetirse, da la razón a Kan Telves y su ejército de hombres grandes y aguerridos.

Recordemos siempre aquellos reyes que a pesar de sus diferencias, pensaron que Europa era mucho más importante.

Que tenemos memoria flaca y brazo débil.

José Romero

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