martes, abril 23, 2024
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Podemos, conexión Venezuela

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A tres semanas de unas nuevas elecciones generales en España, una persona muy querida y especial, la inmensa soprano Alina Sánchez Rodríguez, quizá la mejor intérprete de zarzuela que haya habido nunca, miembro del Teatro Lírico Nacional de Cuba y directora-fundadora del Estudio Lírico de las Artes Escénicas, me comenta que es muy importante que los ciudadanos sepan sobre las conexiones entre Podemos y el régimen casi dictatorial de Nicolás Maduro, heredado por éste del finado militar golpista Hugo Chávez.

La gente olvida que, antes de “asaltar democráticamente los cielos”, Chávez intentó hacerse con el poder mediante un golpe de estado, que se produjo el 4 de febrero de 1992 contra el presidente constitucional de entonces, Carlos Andrés Pérez, siendo Chávez, en su calidad de Teniente Coronel, el líder de los oficiales golpistas.

Accedo gustoso, en lo que me toca, al reto que propone la enorme Alina, aunque lo primero que deseo expresar es mi duda sobre si esta cuestión –la estrecha relación del Chavismo con Podemos- estará ya amortizada, política y electoralmente, para la izquierda radical en España. Es decir, que no estoy convencido de que este asunto –sin duda muy grave y de vital importancia para los votantes- pueda restar muchos más votos a la coalición Unidos-Podemos. No obstante esta consideración previa, entiendo como Alina que, voten lo que voten, los ciudadanos deben saber que optar por la papeleta de Unidos-Podemos significa apostar por políticas públicas que han llevado a otros países, como Venezuela, a la ruina económica, a la inseguridad ciudadana más brutal y al colapso de su sistema político.

En todo caso, creo, como Aristóteles, que “La esperanza es el sueño del hombre despierto” y, con este planteamiento, espero que algún lector encuentre todavía en esta crónica razones suficientes para no dar su confianza a quienes, con su asesoramiento político, tanto han contribuido a la ruina económica, política, social y moral de Venezuela.

Así las cosas, permítanme iniciar mi relato sobre las conexiones de Podemos con la dictadura de facto de Maduro por el final, para así poder hacer uso de la actualidad, más o menos rabiosa.

Ciertamente, hoy por hoy se puede hablar de la “conexión embajadores”. Les cuento. Tras el reciente viaje a Venezuela del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, invitado por la Asamblea Nacional, los podemitas Íñigo Errejón, Pablo Echenique e Irene Montero, junto con el chavista Jesse Chacón, actual embajador de Venezuela en Austria, se han coordinado para llevar a cabo, a través de las redes sociales, un malicioso plan de acoso y derribo contra el líder del partido centrista, basado en la mentira y la falsedad, mediante el burdo y repugnante procedimiento de manipular, cortando y añadiendo contenidos a su antojo, una entrevista que Albert Rivera concedió al medio OKDIARIO. Y ello, para poder afirmar, ridícula y falazmente, que Rivera es amigo de las dictaduras.

Así es, el embajador de Venezuela en Austria, el militar Jesse Chacón (muy demócrata él), ha subido a su cuenta de Twitter un sinfín de mensajes en los que arremete y critica al líder centrista con base en la entrevista que éste concedió a Eduardo Inda.

Como, según nuestro querido Cervantes, “Amistades que son ciertas nadie las puede turbar”, es menester destacar aquí que, además de haber ocupado importantes cargos en diversos gabinetes chavistas, el embajador Chacón es íntimo amigo de Íñigo Errejón y que, en su día, Chacón fue, además de amigo, su jefe directo, cuando aquél presidía el GIS XXI, una empresa ‘privada’ que el chavismo fabricó para realizar estudios y consultas pre-electorales a su medida y en la que Errejón fue enchufado como director de “Investigación de Identidades Políticas”.

Por su parte, la embajada de Venezuela en Uruguay también está participando, en la actualidad, de la estrategia de la mentira contra Ciudadanos urdida por Podemos, retuiteando mensajes difamatorios, a cuenta de las declaraciones  de Rivera manipuladas por Podemos.

En la entrevista, falseada y difundida por Podemos y por ciertas embajadas del Chavismo en Europa, Eduardo Inda le pregunta al líder de la formación naranja si “Venezuela es una dictadura”, a lo que Rivera contesta: “Yo te diría que es incluso peor. Esto es muy diferente, porque las dictaduras no tienen democracia, no tienen libertad, pero tienen cierta paz y orden porque todo el mundo sabe lo que hay. Digámoslo así. Pero aquello es peor, es una tiranía arbitraria. Es decir, hay arbitrariedad. No se respeta nada. Allí le preguntas a todo el mundo “bueno, ¿y qué dice la ley?”, y te dicen: “da igual”.

El líder de la formación naranja sigue diciendo al entrevistador: “No hay respeto a nada. En una dictadura, con todas sus cosas negativas, por supuesto, no vamos aquí a elogiar lo que es una dictadura, todo el mundo sabe la falta de libertades, la potestad autoritaria que tiene el gobierno. Pero en este caso es incluso más grave, porque no hay ninguna manera de saber lo que puede pasar porque te puede pasar de todo. El Gobierno hace lo que quiere. A la Asamblea la bloquean constitucionalmente. Bloquean las leyes del Tribunal Supremo, entre ellas la de la amnistía de los presos políticos. Yo creo sinceramente que el régimen de Maduro ahora mismo está en un búnker, arrinconado, sin reconocer ni siquiera el hambre que pasan sus ciudadanos”.

No obstante esta realidad, en el vídeo que Pablo Echenique, Irene Montero e Íñigo Errejón han publicado en sus redes se ha cortado impunemente la respuesta de Albert criticando severamente los regímenes dictatoriales, para dar a entender que los apoya porque en ellos hay cierta paz y orden, cuando lo que expresa el líder centrista, con total nitidez, es su más profundo rechazo a las dictaduras, argumentando que la pseudo-dictadura de Maduro es aún peor que las tradicionales, pues en ella no se da ni el odioso binomio de paz y orden que suele ir unido a estos regímenes abyectos.

Es decir, que en Venezuela ha surgido un nuevo modelo de dictadura, aún más mortífero que el clásico, que podríamos llamar “dictadura del desorden”, del asesinato, la pobreza, el crimen y la total inseguridad, tanto física como jurídica.

Como vemos, las conexiones de Podemos con el Chavismo venezolano llegan hasta el día de hoy, en el que se han coordinado las más sucias políticas electorales de Podemos con las igualmente turbias políticas del ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno de Maduro, con el único objetivo de intervenir, a la limón, contra los centristas de Ciudadanos de cara a los próximos comicios del 26J. Ya tenemos, para empezar, a Podemos y al gobierno de Maduro unidos por la precampaña electoral en España.

Pero, advertidas las actuales conexiones “Podemos-Gobierno Venezolano”, quiero dar cuenta a continuación de otras que adornan de chavismo a los más ínclitos representantes de Podemos.

Se trata, por ejemplo, de la “conexión económica o conexión CEPS”, donde 27 millones de dólares tienen la culpa. Así es, según un documento oficial firmado en 2008 por el que fuera ministro de Finanzas chavista, Rafael Isea, entregado recientemente a la Policía española y dado a conocer a los ciudadanos por los medios de comunicación, cerca de siete millones de dólares fueron transferidos por la Administración Venezolana a los actuales dirigentes de Podemos, bajo el objetivo específico de exportar a España el denominado “movimiento bolivariano”. Estas ayudas se canalizaron mediante la fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), presuntamente, de la mano de los podemitas.

Al parecer, los destinatarios directos de los ingentes fondos liberados por las arcas públicas venezolanas fueron Pablo Iglesias, actual Secretario General de Podemos, Juan Carlos Monedero, ideólogo y vocero primordial de Podemos y -¡no se lo pierdan!- el inolvidable y patético Jorge Verstryinge, el único mortal capaz de transitar desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda sin pasar por el centro. Por la fundación CEPS han desfilado, entre otros muchos, Íñigo Errejón, número dos del partido, y el Secretario General de Podemos en la Comunidad de Madrid, Luis Alegre. 

Cierro este particular repaso de los nexos de Podemos con el Chavismo, con la “conexión judicial”, que vincula a la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) venezolano, Gladys María Gutiérrez Alvarado, con importantes miembros de Podemos. Gladys es la actual presidenta del Tribunal que, hoy por hoy, impide la democracia en Venezuela, obstaculizando la efectividad de la actividad parlamentaria de la Asamblea Nacional, con mayoría absoluta de la oposición. Ella es quien, además, ha anulado desde el Tribunal Supremo la Ley de Amnistía para los presos políticos venezolanos, incluido el demócrata Leopoldo López.

Gladys, la jueza-militante chavista por excelencia, aprobó su tesis doctoral en 2011, en la Universidad de Zaragoza, bajo la dirección de un profesor que hoy integra el Consejo Ciudadano de Podemos en Aragón y ante un tribunal académico  formado, entre otros podemitas, por el soez “intelectual” Juan Carlos Monedero. Quiero destacar, como detalle, que en Venezuela para ser elegido miembro del TSJ es necesario tener un doctorado o equivalente. Es decir, que Monedero y sus confluentes hicieron jueza del Supremo a Gladys, la gran represora judicial de lo que ha sido, hasta el chavismo, la democracia venezolana.

No deseo terminar mi columna sin dejar constancia escrita de mi admiración por Venezuela y por los venezolanos, a quienes, haciendo mías las palabras del gran poeta libanés, Khalil Gibran, les digo: “En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante y, detrás de cada noche, viene una aurora sonriente”.

Ignacio Perelló

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