jueves, marzo 28, 2024
- Publicidad -

Suave, suave, suave

No te pierdas...

PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos no coinciden en demasiadas cosas, pero inician la campaña electoral con posiciones muy parecidas en asuntos varios. Uno, la pasta. Es necesario gastar muchísimo menos. El desacuerdo está en cómo ahorrar, pero en principio parece que veremos menos cartelería, menos mítines, menos buzoneo y más debates. Hasta Rajoy está de acuerdo en que ya no hay excusa para no hacer uno o dos debates a cuatro. O eso cuenta Moragas, que repite como jefe de campaña y explica que en diciembre el debate debía ser a dos porque Ciudadanos y Podemos no tenían representación parlamentaria; pero la cosa ha cambiado y asegura que el presidente –en funciones por bastante tiempo- sí se enfrentará a Sánchez, Iglesias y Rivera.

Punto dos de las coincidencias: la campaña tendrá que ser necesariamente suave. Más de guante blanco que de guante negro, sin dejarse llevar por la visceralidad verbal que a veces juega malas pasadas, como le ocurrió a Sánchez con lo de indecente y a Iglesias con la cal viva. Será suave, o más de lo habitual, porque el nuevo escenario político obliga a llegar a pactos de gobierno o pactos de legislatura, y no queda bien andar insultando a un adversario con el que luego tienes que ir de la mano y “vender”  que es la persona adecuada con la que articular un nuevo gobierno. 

La campaña tendrá que ser suave porque el nuevo escenario político obliga a llegar a pactos de gobierno o pactos de legislatura

A Pedro Sánchez se le ve cariacontecido, ya no saca pecho como antes, y algunos de los diputados –o ex diputados- que acudieron a la reunión del grupo parlamentario hace unos días cuentan que en el 'chauchau' se comentaba que el secretario general andaba regular de ánimo. Hace tiempo que se sabe que Sánchez está obligado a incrementar el número de escaños si quiere seguir al frente del partido,  pero con la euforia de semanas atrás parecía  que no había advertido que esa era su situación. Inestable situación. No solo porque Susana Díaz le quiere mover la silla, sino porque no acaba de atinar con sus iniciativas. Por si no fuera suficiente pecado, provocó unas expectativas que, al no cumplirse, han creado una frustración generalizada, y en ese tipo de situaciones siempre se busca un chivo expiatorio. Y se encuentra.

Rivera ya no es tan taxativo en su exigencia de que cualquier tipo de pacto con el PP pasa por mandar a casa a Mariano Rajoy. Ahora defiende sobre todo que nunca hará un pacto con el PP si no tiene la certeza de que se apuesta con firmeza por la regeneración. Eso de la regeneración tiene varias lecturas, porque Ciudadanos no obliga a Susana Díaz a cesar a un consejero imputado, pero en cambio ha obligado al PP a quitarse de en medio al alcalde de Granada, imputado también, sin que ni el consejero ni el alcalde hayan sido declarados culpables de haber metido la mano en la caja. Lo de la vara de medir y el rasero se suele dar con frecuencia en todos los ámbitos, y el de la política no iba a ser menos. Por seguir metiendo el dedo en el ojo a Ciudadanos –perdón, otros días toca a otros- se puede recordar también que afirmaban que para gobernar solo apoyarían a partidos ganadores, como han hecho con el PP y PSOE en varios gobiernos regionales y alcaldías. Sin embargo, han pactado con Pedro Sánchez un programa de gobierno aunque el PSOE no ganó las elecciones. Tenían la excusa de la corrupción de miembros del PP , pero en ese terreno no está el PSOE limpio de polvo y paja.

En el PP, lo hemos dicho, hay unidad absoluta en torno a Rajoy a no ser que ocurra un cataclismo que obligue a reconsiderar el apoyo, pero en los aledaños del PP hay gente, que fue importante en el partido, que anda compadreando con la idea de crear algo en torno a José María Aznar, que está furioso con el gobierno por filtrar sus datos fiscales –y tiene razón- y furioso también porque no comparte muchas de las decisiones tomadas por Rajoy.

Personas cercanas a Mayor Oreja, y cercanas a un Vox que no ha cubierto ni de lejos las expectativas creadas, miran hacia el presidente honorario del partido. Que no está por la labor, afirman de forma tajante personas de su confianza.

Pues eso: que se inicia la campaña con dimes y diretes. Porque también en Podemos hay marejada. Por el autoritarismo de Iglesias y, sobre todo, porque temen que haya que hacer hueco en las listas a la gente de Izquierda Unida…

Pilar Cernuda

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -