viernes, marzo 29, 2024
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¿Será posible que haya llegado la hora ‘de las bases’?

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Cada día que pasa, todo se hace más complicado. O quizá más sencillo. Depende, acaso, de lo que vaya a ocurrir en la semana que va a comenzar. Puede que la solución al atasco político en el que los dirigentes han metido al país se halle, al final, en quien tan poco ha contado a la hora de tomarse las decisiones 'en las cúpulas': las bases. Lo cual, ocurra lo que al final ocurra, no dejaría de ser un avance en el enrarecido clima al que se ve sometida la ciudadanía. Un avance, me temo, bastante improbable, aunque la esperanza ha de ser lo último que se pierde.

Tanto Pedro Sánchez, ante el comité federal del PSOE, como Pablo Iglesias, ante el consejo ciudadano de Podemos, concluyeron este sábado una semana intensa en la búsqueda de un acuerdo prometiendo consultar 'a las bases' cualquier variación en la política de pactos  llevada a cabo hasta ahora. Iglesias propuso un referéndum interno acerca de si la formación morada debe o no permitir (se supone que absteniéndose en la votación de investidura) un Gobierno PSOE-Ciudadanos; Sánchez dijo que, si había cambios en el acuerdo con Ciudadanos suscrito hace poco más de un mes, volvería a someterlo a la consulta de los militantes, que ya le dieron el visto bueno para pactar con la formación de Albert Rivera. Quien, a su vez, sigue rechazando cualquier pacto tripartito con Podemos, de la misma manera que Podemos viene negándose a integrarse en un Gobierno en el que estén los de Rivera.

Así que quién sabe si estos dos anuncios, dando entrada a la opinión de afiliados y simpatizantes, suponen un paso adelante en el proceso, al que le queda menos de un mes, para llegar a una investidura de Sánchez y evitar la repetición de las elecciones, que todos dicen rechazar.

Queda menos de un mes, para llegar a una investidura de Sánchez y evitar la repetición de las elecciones

En este cuarto de hora, cuando todo fluye tan aprisa, aunque, paradójicamente, avance tan poco, una decisión de esas 'bases' de Podemos en el sentido de permitir que esta formación se abstenga en una investidura, permitiendo que Sánchez llegue a La Moncloa del brazo de Albert Rivera, significaría el fin de la pesadilla. Pero está por ver si ese referéndum se pone efectivamente en marcha entre los cuatrocientos mil simpatizantes 'morados', y por dónde se decantarían al final los 'podemitas'.

Al tiempo, sería de desear que, si va a repetir su consulta a las bases, Pedro Sánchez les proponga todas las opciones: incluir a Podemos en un pacto tripartito (suponiendo que Ciudadanos lo permitiese), y también, como alternativa, tratar de forzar un pacto con Ciudadanos y el Partido Popular 'renovado'. El viejo sueño de gran coalición que algunos sectores de la sociedad española mantienen, cada vez más en vano.

Porque una parte de lo que ocurre es que el PP no se renueva, al menos según lo que parece. Mariano Rajoy concluyó la semana política en Sevilla reafirmándose en los viejos principios y sin adelantar ni una nueva oferta más allá de lo conocido: su oferta le mantiene a él en la presidencia del Ejecutivo y decidiendo, en virtud de la mayoría obtenida en las elecciones, hasta dónde los pactos y las reformas. Tuvo el discurso de Rajoy los ecos ya conocidos. Y apenas aludió, excepto al final, y para elogiarla con alivio, a la decisión, revelada también este sábado y que mucho preocupaba en el seno del PP, del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, de presentarse como candidato a una tercera Legislatura al frente del Gobierno gallego.

Una vez más, Rajoy perdió una oportunidad de mostrar un talante verdaderamente renovador y pactista, que quizá hubiese obligado a Sánchez a variar su terca postura del 'no, nunca, jamás' a un acuerdo 'con la derecha'. Ahora, armado con esta promesa de Iglesias de someter a esas 'bases' la postura de su partido respecto a la actitud a mantener ante un eventual Gobierno de centro-izquierda con Ciudadanos, Sánchez podrá alentar un cierto optimismo cuando, a comienzos de esta semana, se encuentren los 'negociadores' de las 'fuerzas del cambio': PSOE, Ciudadanos y Podemos, en una primera reunión ' a tres'. Cierto: una abstención de Podemos en la votación llevaría a Sánchez a La Moncloa. Falta saber qué concesiones habría que hacer a Iglesias para que, renunciando a sus pretensiones de convertirse en vicepresidente y demás, facilite esta abstención, quizá auspiciada por el nuevo 'número tres' de la formación morada, el aragonés Echenique y, desde luego, seguramente también por el 'número dos', Errejón.

Sin duda, un Gobierno PSOE-Ciudadanos se ve, hoy, al menos hoy, quizá como algo al menos posible, un poco más posible, ya que no probable. Que Sánchez lograse su soñada investidura sería una pésima noticia para Rajoy, la constatación de que su postura inmovilista, no retirándose a tiempo, habría fracasado, y constituiría el fin de su carrera política. De la misma manera que, si el secretario general socialista no logra su particular cuadratura del círculo y el país tuviese que embarcarse en unas nuevas elecciones en el mes de junio, que seguramente volvería a ganar, de manera insuficiente, el PP, Pedro Sánchez habría cavado su tumba política, que ya le van preparando algunas personalidades influyentes en el socialismo español. Uno de los dos grandes rivales va a morir en este duelo, en el que ambos están mostrando considerables dosis de empecinamiento y personalismo.  Mira que si, al final, son esas siempre olvidadas, desdeñadas, 'bases' las que salvan la situación. No quiero dejarme embargar por el optimismo: ya sería extraño, ya, que el sol de una democracia algo mejor saliese por el horizonte primaveral.

Fernando Jáuregui

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