AL LORO
No gana para disgustos. El PP. Y Rajoy. Montoro acertó al llamar “miércoles negro” al pasado día 14, a pesar de que el ministro de Hacienda fue uno de los responsables de esa jornada aciaga para su partido y para su gobierno. Podría decirse en su descargo que no sabía que la publicación de su entrevista en “El Mundo” coincidiría con la carta de Cayetana Álvarez de Toledo, o el anuncio de Arantza Quiroga de que dimitía de la presidencia del partido en el País Vasco, pero la conjunción de hechos han sido todo un torpedo en la línea de flotación del PP. Que los dirigentes del partido están seguros de que pueden superar, pero el mal rato, o el sufrimiento de horas, no se las ha quitado nadie.
La entrevista fue a iniciativa de Montoro. Le gustaba lo que escribía el periodista y le invitó a mantener una charla con él. Y se explayó a gusto, como suele hacer el ministro. Jorge Bustos le pidió después publicar la conversación y Montoro estuvo de acuerdo. Como había sido informal, Bustos se la envió al ministro, que dio el visto bueno después de revisarla. En cuanto a Álvarez de Toledo, es curioso comprobar qué poco se quería a la todavía diputada en su partido. Recuerdan que ella, que tanto se queja de falta de democracia interna, fue nombrada jefe de gabinete de Acebes sin tener ninguna trayectoria previa en el PP, como recuerdan que fue candidata al Congreso porque se empeñó Acebes y, la siguiente legislatura, porque Aznar insistió a Rajoy para que la incluyera en una lista. No gusta que haya montado un movimiento al margen del partido, que sea tan crítica en público y no en privado … y que haya anunciado que se va un minuto antes de que el PP anuncie unas listas en las que ella no iba a figurar.
En resumen, que esta periodista no ha visto gran dolor por la pérdida de Álvares de Toledo, aunque sí por la crisis en el País Vasco. Seguramente Arantza Quiroga tenía razón al proponer un nuevo lenguaje respecto a ETA … pero ese tipo de cuestiones, tan delicadas, se hablan previamente con la gente suya en el País Vasco para ver si están de acuerdo, se habla con las víctimas, y se habla con la dirección nacional del partido. Es de cajón, y solo se admite cierta independencia de criterio cuando el dirigente regional es muy pero que muy fuerte, lo que no ocurría con Arantza Quiroga: el PP vasco estaba claramente dividido, y los resultados electorales han estado muy lejos de los que se esperaban.
Alfonso Alonso la apoyó al principio de su mandato, a pesar de que Quiroga se quitó de en medio a Iñaki Oyarzábal, miembro del trio alavés, Alonso, Maroto y Oyarzábal, pero con el tiempo el distanciamiento se hizo muy evidente y justo justo se mantenían las formas. El congreso regional se celebrará después del 20-D, cuando se conozcan ya los resultados electorales, y nadie duda que ese congreso confirmará a A.A. como presidente. Como nadie duda que para esa fecha A.A. ya no será ministro de Sanidad, gane o no gane Rajoy, sino que se dedicará full time a sus nuevas responsabilidades vascas. Que falta le hace al PP meter allí un chute de entusiasmo.
El entusiasmo además se transmite. Un dato: los que dirigen programas de televisión con invitados políticos, saben perfectamente quiénes atraen audiencia y quienes las hunden. Y ahora mismo los del PP van de capa caída. Como Pablo Iglesias, lo que puede suponer un fuerte golpe a su inconmensurable ego. En cambio Albert Rivera se sale. Y es que nada atrae más a la gente que seguir a alguien que habla como si fuera el triunfador del mundo mundial, aunque su partido cuenta con poco más que con su persona y bastante más aluvión del que sería aconsejable a quien pretende alcanzar el gobierno.
¿Hay encuestas en los partidos? Haylas, aunque los que las conocen no sueltan prenda y los que no las conocen hacen como que están al cabo de la calle. Por tanto, más vale no hacer mucho caso de lo que cuentan. Más importantes que las encuestas suele ser la nariz, y dice la nariz…
Pilar Cernuda