viernes, marzo 29, 2024
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Los fichajes galácticos de Pablo Iglesias

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Hay que reconocer que a veces tiene gracia «el jodío». No me extraña que con sus «ocurrencias» lo mismo haya logrado involucrar en su causa a mujeres mayores (y no miro a Carmena) que a dieciochoañeros que han votado por primera vez. 

Su último show lo acaba de dar en la entrega de los Premios Naranja y Limón que organizan desde hace más de cuarenta años los miembros de la Peña Periodística Primera Plana. A él le habían dado el Limón, como uno de los más «ácidos» con la prensa, pero dio la cara y quiso recogerlo en persona (quizás sea el primero que le dan en su vida, y eso siempre hace ilusión), a diferencia de Pedro Sánchez, al que le habían otorgado el Naranja y que pasó olímpicamente de ir al acto, quizás aconsejado por su «amigo» Jorge Javier Vázquez, que tampoco se acercó a por su Limón.

El líder de Podemos aprovechó para mostrar su habitual ironía y asegurar que «ya no hay socialistas como los de antes. A Alfonso Guerra le dieron el Limón y vino a recogerlo en persona y Pedro Sánchez no viene ni cuando le dan el Naranja». 

Incluso adelantó, para hacer méritos para cambiar el color de su premio, que «voy a contratar a Eduardo Inda como jefe de prensa y mi cuenta de Twitter la va a llevar Guillermo Zapata». ¿A que es un cachondo?

Una la verdad es que pagaría dinero por ver juntos a Inda y Zapata. La única duda es cuántos segundos pasarían antes de que volara el primer insulto o, directamente, el primer guantazo. 

Iglesias se estaba gustando, de esas tardes de salir por la puerta grande, y justificó su «acidez» con los periodistas recordándoles a todos los presentes que «tengan en cuenta que mis primeras impresiones con los medios fueron con Federico Jiménez Losantos, Alfonso Rojo y Marhüenda, y todavía estoy en terapia».

Es que me troncho con este tío. Bueno, o lo mejor en ese instante había dejado de tirar ya de ironía y era verdad lo de la terapia. Tanto por lo de tener que soportar al «trío calavera» que mencionó como por la sarta de tonterías que puede soltar a lo largo del día para complacer a unos y a otros.

Como ese arranque de «españolía» y de cultura que hizo al confesar que «aunque no me gustan los toros me encanta una canción de Concha Piquer, Romance de Valentía, en la que la Virgen de la Macarena llora por la muerte de un torero que no tiene otra forma de luchar contra el hambre». ¡Ole, ole y ole! Este hombre puede darle la alcaldía a Carmena y hacer presidente del Gobierno a Monedero. Lo que quiera. 

La mosca

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