martes, abril 23, 2024
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Desde la pereza

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Pasaba que la pereza me rondaba y cogía como a trasmano. Al mirármelo recordé aquel “No tengo ganas” que, a través de Onetti, Susana Rinaldi declamó en el San Martín: como un ejercicio de libertad “chiquitito”, dijo; desgana en este caso como desafección sentimental ante una realidad confusa y confundidora, virtualizada, verbosa, entrada en bucle.

Había pasado tanto desde las anteriores elecciones autonómicas y locales que urgían ya. Sangrar para no desangrar más, descomponer y recomponer, decir de todos desdiciendo a muchos.

El voto es profesión de identidad, tentativa de razón y, también, un estado de ánimo. Por las tres el 24, en Madrid, voté a Gabilondo y a Carmona con “o”.

Me alegró el triunfo ayudado de Carmena por más que la estertórea derrota de Aguirre. Carmona se posicionó bien desde el primer momento, tonterías las justas y de otros. Un detalle: en Madrid capital, Carmena casi dobló en votos a la candidatura de Podemos para la Asamblea. Pocas fotos con Turrión; su estatura es distinta, ellos lo saben.

Si el PP sigue gobernando en la Comunidad, el problema de momento no será que la corrupción se incremente, sino la continuidad de las políticas cínicas, insolidarias e insolentes entre las que creció. Ahora parece que Ciudadanos exige la firma del partido para llegar a un acuerdo, es decir un compromiso histriónico de Aguirre que acelere su fin. Cifuentes no lo hubiera pensado mejor. Si la abdicación de Aguirre a favor de Cifuentes y Rivera se retrasa, a Gabilondo podría llegarle el reto de tejer desde la minoría, más complicado aún con hilos de texturas diferentes.

El PP es un partido horadado por la corrupción y reprochado por dos crisis: la política y la económica. En este tránsito, parecen más atribulados ahora por la pérdida de poder que antes y todavía por la indecencia. No extrañe la querencia general a desplazarles del gobierno, con la esperanza de devolvernos a una normalidad democrática renovada, limpia y habitable.

Era lo que celebraban los socialistas en Castilla-La Mancha. Ni manoseando las leyes electorales el PP ha podido conservar la mayoría absoluta y se ha abierto la posibilidad de sustituir, con Page, a Cospedal, tras cuatro años de gobierno llevados con torpeza manifiesta, prepotencia flagrante y muy mala leche. Aunque sucedió que los tres diputados de Podemos se reivindicaron diciendo no entender de qué se alegraban los socialistas sin haber hablado antes con ellos. Cómo explicarlo, en fin… Se alegraban de lo obvio, tigres, de lo obvio. 

José Luis Mora

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