España tiene el orgullo de tener actualmente una campeona del mundo de bádminton, ese deporte de raqueta que se juega con una pluma y donde hasta hace poco tiempo era un gran desconocido para muchos por nuestras tierras.
Nuestra campeona española, Carolina Marín, ha desbancado a asiáticas fundamentalmente chinas e indias del monopolio de la victoria de este deporte olímpico y ha colocado actualmente a nuestro país en lo mal alto del pódium.
En la promoción de este deporte, España ha conseguido ser sede del campeonato del mundo junior del año 2016, y la Federación Española de Bádminton delegó en la vasca para organizar en la capital guipuzcoana de San Sebastián dicho evento, por la tradición existente en La bella Easo a ese deporte.
Hasta aquí todo normal, ahora llega el gran esperpento sin parangón.
El gobierno proetarra de Bildu en la Diputación de Gipúzkoa ha dicho que de ninguna manera permitirá que se celebre en territorio guipuzcoano un campeonato mundial, ni estelar, ni cósmico si la selección que participa es… España. Es decir, a España ni agua. Ni aunque fuera campeonatos mundiales de soka tira, o arrastre de piedras con bueyes si quien participa es la rojigüalda.
El fundamentalismo de estos dirigentes políticos que añoran construir un Bildustán en el País Vasco, echando de esa tierra a todo lo que huela a España, demuestra hasta donde llega su fanatismo y su odio a lo español.
Arzallus, con clarividencia por una vez, dijo en su día que para qué serviría la independencia de Euskadi si sólo se podrían cultivar berzas por el aislamiento que padecería el País Vasco fuera de España. Al brazo político de los proetarras todo eso les da igual, porque para ellos antes que las ganancias económicas, el desarrollo de la provincia o la promoción turística, están los principios de los del hacha y la serpiente de dar caña a España.
Perder millones de euros por decir que no son lo que realmente son, es la demostración de quien está gobernando esa provincia vasca y española, unos talibanes fanáticos y fundamentalistas cuya gestión es empobrecer y hundir la provincia que gobiernan. Ya que estamos hablando que los hosteleros guipuzcoanos perderán cerca de 12.000 plazas de alojamiento y más de un millón de euros en beneficios que dejarían los participantes y delegaciones del mundial de bádminton.
Ya por si faltaba algo para terminar la faena para los guipuzcoanos, como en los clásicos chistes de rivalidad, el mundial se celebrará en Bilbao para regocijo del sector hostelero y turístico vizcaíno.
Si a este derroche de odio a lo español por parte de las instituciones guipuzcoanas proetarras de Bildu, le sumamos en su catálogo de propuestas esperpénticas para dar la vuelta al mundo para que la gente de este planeta se dé cuenta por quién están gobernados los guipuzcoanos, la que ha realizado el alcalde de San Sebastián; y que no es otra tan «ecológica y naturista» como que se llenen los jardines y parques de Donosti de ovejas, para que pasten allí y así abonen y corten la hierba al ras sin necesidad de máquinas y peones.
Ante esta sarta de barbaridades, no hay mal que por bien no venga, y afortunadamente la irrupción de nuevas formaciones en Guipúzcoa ha hecho que Bildu y su gestión al frente de la Diputación y el ayuntamiento de la capital pierdan votos y se queden sin poder gobernar el próximo mandato.
Carlos Iturgaiz