jueves, marzo 28, 2024
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Ante la corrupción: bizcos y enfangados

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Los partidos políticos parecen seguir empeñados en abonar su propio desprestigio y seguir ahondando su propia fosa. No parecen ser conscientes del hartazgo absoluto y monumental las gentes con la corrupción y su falta de respuesta efectiva. Su bizquera total y la utilización como arma arrojadiza contra el contrario al tiempo que se disculpa la propia resulta cada vez más insufrible y nauseabunda. Y luego se extrañan que un telepredicador oportunista coloque su milonga revolucionaria y el personal se la compre.

Lo último ha sido lo del PSOE andaluz y su sultana, la poderosa Susana Díaz. Mucho decir que va a cortar por lo sano y quien la haga que la pague, pero luego todo es proteger a sus antecesores y jefes que viene a ser en el fondo protegerse a sí misma. Pero mañana será cualquiera del PP viniendo a decir que lo suyo, que es un cerro de basura esparcido por media España, y no solo por la Gurtel, es cosa venial y excusable. Y que lo malo malo es lo de los otros. Y no digamos ya lo de Pujol.

 Porque estos lodos son aquellos polvos y hay que lograr limpiar el cenagal

Que lo es. Lo de Pujol y lo de todos y eso es lo que no quieren comprender, que su mensaje de esparcir la porquería ya les tiene cubiertos de basura a todos. Que la sociedad necesita un mensaje y unos hechos ejemplares. Que es importante lograr desterrar la impresión tan extendida de que se van de rosita y que nadie devuelve nada.

Eso tampoco es verdad. Pero hay que lograr que cale, hay que hacer pedagogía, hay que ser implacable y hay que decírselo a la gente y demostrar que en ello la tolerancia es cero. Es importante, por ejemplo, que el gobierno haya cerrado el grifo del indulto.

Es un paso esencial. Pero hacen falta muchos más. Hace falta que el discurso sea continuo, creíble y  pertinaz. Porque pertinaz y extendida ha sido la falta. No valen las excusas, no vale el «y tu más», hay que ser honrado y parecerlo. Es muy duro, porque hay y también hay que declararlo en voz alta mucha gente honrada y buena y para ellos es terrible ser mirados como si tuvieran ya marca de la corrupción encima. Pero por ellos y al final por todos nosotros y por la democracia ahora es necesario purgarlo todo, hasta lo más mínimo. Porque estos lodos son aquellos polvos y hay que lograr limpiar el cenagal. Cuanto antes y a fondo.

Antonio Pérez Henares

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