viernes, abril 19, 2024
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¡No te pago!

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He leído estos días que, según los expertos, no pagar la pensión alimenticia a los hijos es otra forma de violencia contra la madre, en definitiva de violencia de género. Es verdad que muchos padres separados cortan el «grifo» económico a sus familias como una forma de demostrar su poder y cada día es mayor el número de reclamaciones de este tipo que tienen los juzgados. Simplemente dicen «No te pago porque no me da la gana» como fórmula de amedrentamiento. Por eso no me parece mal la idea del PSOE de crear un «registro de sentencias por impago de alimentos», aunque sea sólo como una forma de presión para  sacar las vergüenzas a los maltratadores morosos.

Recuerdo que en su día socialista José Bono propuso publicar una especie de lista de maltratadores cuando estos fueran condenados en sentencia firme. Yo apoyé la medida porque, en mi opinión, cualquier camino es correcto siempre que no se salte la legalidad para intentar acabar con esta auténtica lacra, pero fueron muchas las voces que se mostraron en contra por considerar que era una doble penalización. El sentido exageradamente garantista de nuestras leyes y la obsesión de muchos por situarse siempre en lo políticamente correcto, no están ayudando en nada a la lucha contra la violencia machista y en este tema no puede haber medias tintas.

La violencia machista es un exponente de la desigualdad de nuestras sociedad 

Especialmente importante es el papel que jugamos los medios de comunicación a la hora de transmitir este tipo de noticias. Aunque muchas asociaciones de mujeres han luchado por desterrar algunos de  los mitos que hay en este asunto, su denuncia suele caer en saco roto. Si de muestra vale un botón, sólo mirar algunos de estos mitos que siguen sin desmontarse si analizamos cómo se trasmiten este tipo de noticias.

Mito numero 1: «La violencia machista es fruto de un estallido, de una pérdida del control, de los nervios del momento». Este mito es totalmente falso. La violencia machista es un exponente de la desigualdad de nuestras sociedad y no surge de un estallido sino del intento de controlar a la otra persona hasta extremos insospechados

Mito número 2: «Los agresores son adictos al alcohol o lo hacen bajo el efecto de las drogas». No es así. Es verdad que el consumo de drogas y alcohol puede agravar la situación de violencia de género pero no es la causa de ella. Son muchos los que consumen bebidas alcohólicas y drogas y no agreden a sus parejas.

Mito número 3: «Los maltratadores sufren una enfermedad mental». Es totalmente falso. Prácticamente la totalidad de los agresores no tienen ninguna enfermedad.

Mito número 4: «El maltrato se da principalmente en familias de bajos ingresos y con mujeres de bajo nivel cultural y en las inmigrantes». Es totalmente falso. El maltrato se da por igual en todas las clases sociales, lo sufren mujeres de todos los tipos de formación y no hay distingos.

El maltrato se da por igual en todas las clases sociales

Estos mitos ya se intentaron desmontar hace años durante la tramitación de la ley integral contra la violencia de género y a día de hoy no se ha conseguido erradicarlos, lo cual resulta muy frustrante. Sea como fuere 2014 va camino de convertirse en otro año trágico para las mujeres, si tenemos en cuenta que sólo durante el mes de enero seis mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas, una cifra que no se producía desde el 2006 y todos los medios que se empleen para erradicar este tipo de terrorismo bienvenidos sean.

Esther Esteban

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