viernes, marzo 29, 2024
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Paisanos

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Hay quien piensa que el nuevo presidente del Gobierno francés, Manuel Valls, es más catalanista que Francesc Macià y más federalista que Pi y Margall porque nació en el barrio de Horta en Barcelona. De la misma manera, hay quien habla de la nueva alcaldesa de París, Anne Hidalgo, como andaluza, porque nació en San Fernando, Cádiz. Son dos hechos objetivos que uno y otra nacieron en España, sí. Pero de ahí a imaginarse que Francia se vuelve “cañí” va un trecho más allá de los Pirineos.

Es especialmente enternecedor ver cómo los “convergentes” de CiU sacan pecho con esto. Ellos, que cuando les ha venido en gana no han cesado de hacer paralelismos entre Cataluña y Macedonia; entre Cataluña y Kosovo; entre Cataluña y Escocia; entre Cataluña y Croacia… y que no quieren ni oír hablar de Crimea porque “Catalonia is not Crimea” como “Catalonia is not Spain”, parece que quieren que Cataluña sí sea esta nueva Francia idealizada e ideal, gobernada por un presidente “culé” que habla catalán (éste sí) en la intimidad, pero que también habla castellano e italiano además de francés.

Siendo CiU la derecha más burguesa de Cataluña y, junto con el PNV, la más recalcitrante de España, ignoran que Manuel Valls, barcelonés y primer ministro galo, es socialista. Un socialista peculiar (esto sería objeto de otro comentario), pero socialista al fin y al cabo. Y que Valls preside el Ejecutivo de uno de los estados más jacobinos y centralistas no ya de Europa, sino del mundo.

No, Manuel Valls no es el catalanista que las huestes de Artur Mas quieren pintarnos, de la misma manera que la alcaldesa parisina Anne Hidalgo no va a lanzarse por bulerías vestida de faralaes en la cima de la Torre Eiffel, próxima ya a su 125 Aniversario (el de la torre, no de Anne).

A Anne Hidalgo le otorgaron la Medalla de Andalucía en el año 2006, distinción concedida por la Junta, que entonces presidía Manuel Chaves. En enero de este año fue Susana Díaz quien, como presidenta en la Junta y secretaria general del PSOE andaluz, formó parte del Comité de Apoyo a Hidalgo. Ya con anterioridad, cuando aún era consejera de Presidencia e Igualdad de la Junta, Díaz formaba parte de este Comité de Apoyo a la entonces primera teniente de alcalde y candidata a gobernar el consistorio parisino.

El pasado 10 de marzo, Susana Díaz viajó a la capital francesa para entregar en nombre de la Junta a Anne Hidalgo el Premio Comunidades Andaluzas en el Exterior, en su modalidad de “Persona andaluza en el mundo”, acto en el que la ahora presidenta de la Junta llegó a expresar su deseo de que «ojalá tengamos una gran andaluza, al frente de la alcaldía de París». Una “gran andaluza” que se fue a Francia a los dos años de edad y que allí se ha quedado. Vamos, como la consagrada María Zambrano, la joven y prometedora María Sirvent (última apuesta de la editora Carmen Balcells) o María Dolores Parrales Moreno, “La Parrala”.

Me pregunto si doña Susana hubiera hecho lo mismo si Marine Le Pen hubiese nacido en Rota, por ejemplo. Al fin y al cabo, la ultraderechista francesa ha dicho que quiere ser como Evita y los españoles y los argentinos nos llevamos a partir un piñón: ahí está Messi.

Aquí son paisanos todos los que vengan bien a la causa. Está por ver qué lucense sale ahora para presumir porque el cardenal Rouco Varela haya nacido en Villalba.

Carlos Matías

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